En unas horas se abrirán las puertas de la Durangoko Azoka de este año. Cinco días intensos en la villa con una infinidad de actos durante todas las jornadas. Miles de personas de Euskal Herria acudirán a la localidad fieles a la cita anual con la cultura vasca. Una celebración que tiene “daños colaterales” para los vecinos del Casco Viejo. No es la primera vez que denuncian la suciedad y el ruido que se producen durante las noches y que generan problemas a los residentes en estas calles, donde se aglutinan el mayor número de establecimiento hosteleros. Y la última decisión del Ayuntamiento de Durango de ampliar los horarios de los bares ha desatado un nuevo enfrentamiento entre la asociación Durangoko Alde Zaharra –DAZ– con la administración local.
En una carta remitida al equipo gobierno, los vecinos consideran que “la feria es un acto de vital trascendencia para la cultura vasca y también es una proyección para todo Euskal Herria de Durango”. Sin embargo, desde hace unos años, denuncian que se vienen desarrollando situaciones que “nada tienen que ver con la cultura”. La asociación se refiere a conductas incívicas como botellones, ruidos y jaleos nocturnos hasta altas horas de la madrugada, peleas, suciedad, zonas llenas de orines…
Por ello cuestionan la decisión del Consistorio de ampliar los horarios nocturnos de los bares y critican que “nuevamente decide no mirar hacia otro lado, sino fomentarlo con esta aprobación que alimenta este bucle de ruido, suciedad e incivismos en el espacio público”.
Ante esta ampliación de la hostelería que permitirá alargar dos horas la apertura de los establecimientos, desde DAZ se muestran contundentes con el Ayuntamiento de Durango. “¿Qué tiene que ver todo esto con el fomento de la cultura? ¿Qué objetivo persigue el Ayuntamiento con la ampliación de horarios si es perfectamente conocedor de todos los daños colaterales que crea? ¿Realmente esta situación nocturna da un valor añadido a la feria, a los durangarras y a la proyección de la imagen de Durango? ¿Quién paga todos esos destrozos nocturnos y los costes de la limpieza tras esas noches en que Durango se convierte en territorio dónde todo vale? ¿Por qué este Ayuntamiento sigue empeñado en dar a algunos lo que quita a otros a través de la vulneración conocida y reiterada de sus derechos? ¿Va a ser consecuente la administración local y va a dotar de medios: más Policía Municipal de servicio, aparatos controladores de ruidos y otras medidas para contener los incumplimientos?”, cuestionan desde DAZ.
En el escrito requieren que desde el equipo de gobierno se informe públicamente y de una forma trasparente al pueblo de Durango del coste añadido que supone dicha ampliación del horario nocturno de los bares del casco antiguo.
Por último, invitan a una reflexión sobre esta situación que para muchos vecinos dicen, se convierte en crítica durante las noches de estos días señalados y “asimismo solicitamos a este Ayuntamiento que nos dé por escrito y se informe públicamente de las medidas que tiene previstas para salvaguardar los derechos de los residentes ante una situación, que, por ser reiterada en los últimos años, es desgraciadamente más que probable que se vuelva a repetir estos días”.
No es la primera vez que los vecinos ponen el foco de su crítica en esta situaciones. En carnavales o en otros momentos puntuales el Casco Viejo se ha convertido tras las noches de fiesta en un espacio lleno de residuos. Por ello, desde DAZ han reclamando en varias ocasiones que al igual que sucede durante las fiestas de la villa se tomen diferentes medidas como mayor presencia policial o más urinarios públicos en las calles.