"Yo creo que nunca ha estado tan mal la cosa". Silvia Ruiz lleva, al menos, "una decena de llamadas al 010", ha hablado con un responsable de la Policía Municipal y hasta ha solicitado una reunión con el alcalde, pero la cosa sigue igual. Residente hace más de 50 años de la Vuelta del Castillo, sufre a diario, "y desde hace 8 o 9 meses", las consecuencias del ocio derivado de la pandemia y el toque de queda. "Casi todos los días de la semana, por las tardes se reúnen grupos de jóvenes que ensucian, pintan muros, rompen mobiliario y atosigan a los viandantes y vecinos". Esta instancia ha sido presentada presentada recientemente por su hijo David al Ayuntamiento, y la respuesta no ha podido ser menos esperanzadora. "Se ha dado traslado del aviso a la unidad de Policía Municipal para que se intensifique el control de la zona". Para Silvia Ruiz esta respuesta parece más "de corte y pega, no les interesa nada", se lamenta. Lo dice con conocimiento de causa, no en vano ya está desesperada de acudir a las autoridades.
Esta pamplonesa explica que la situación se ha agudizado con el toque de queda y las restricciones que trajo la pandemia. "Ya he presenciado más de una situación de tensión entre los vecinos y los grupos de individuos que vienen a la Vuelta del Castillo" y más aún, ha visto las consecuencias de la "ocupación" a diario de la zona verde. "La suciedad de plásticos, botellas de vidrio rotas, pintadas y excrementos humanos es insoportable y permanecen por allí todas las mañanas", alega.
La denuncia formulada al Ayuntamiento, y que también ha querido hacer pública a través de la prensa, se acompaña de decenas de fotografías, muchas desagradables, de excrementos, botellas y demás restos de la juerga junto a la Ciudadela, que reflejan "cómo se encuentra típicamente el estado de los jardines, antes de una belleza y limpieza impecables". David, hijo de Silvia, añade que "no entiendo, y no soy el único, lo que está ocurriendo para que no se ponga freno a esto y no vaya a más (porque irá a más) y los jardines de la Vulta del Castillo vuelvan a ser el lugar de disfrute de los pamploneses que eran antes". Silvia Ruiz recuerda que esta no es la ciudad que su padre, el cineasta Antonio Ruiz ya fallecido, retrató en sus películas: "Hoy se pondría triste".
PESADILLA JUNTO A SAN GREGORIO
Muy cerca, en la calle Ciudadela, una vecina que prefiere dar solo sus iniciales E.A, narra su pesadilla de los últimos jueves, el ruido, que comienza a las 11 de la noche y se prolonga, aunque los bares de San Nicolás y San Gregorio están ya cerrados, "más allá de las 2 y media de la mañana". Para E. está claro: "No les interesa nada solucionar el problema. El otro día escuché al jefe de la Policía Municipal decir que no intervienen porque sería peor el remedio que la enfermedad. ¿Es esto voluntad de solucionar las cosas?". El problema viene derivado de que, como hay toque de queda el viernes y el sábado, el ocio nocturno "se ha concentrado los jueves". Cierran los bares y "la gente se queda como si nada fuera, en la calle. Aparece la policía, no hace nada, y, tal como van saliendo a Navas de Tolosa, vuelven, y así toda la noche".
"QUE PONGAN BOTELLÓDROMOS"
Para esta vecina, el problema puede acabar "cronificándose". Por eso señala que "si la Policía se pusiera por ahí, en la entrada de San Gregorio, disuadiría a la gente. Porque no puede ser que haya gente a la que le hayan puesto 600 euros de multa por estar en la calle en el confinamiento y a estos no les pasa ndaa. Hay 400 tíos por ahí, como si nada".
VANDALISMO ENSANTA ANA
En la plaza Santa Ana los vecinos y vecinas denuncian que "todas las noches hay jaleo" y tienen que hacer frente a "numerosos desperfectos" desde que hace meses se estropeara el mecanismo del cierre de la puerta. "Tendría que permanecer cerrada por norma del Ayuntamiento a las diez de la noche, llevo cuatro meses intentando hablar con los responsables y es imposible, no hacen nada", denuncia Sandra Beltrán, vecina. Explica que el Consitorio "está incumpliendo sus propias normas" y que la policía "no hace nada. Todas las semanas hay movida. El día de San Juan hicieron hogueras, se juntan grupos y montan ruido y este fin de semana nos han roto el compostero", critica, enfadada.
"En Seguridad Ciudadana me dijeron que el dispositivo de cierre estaba dañado, en mayo. Es su responsabilidad y no lo arreglan, les escribí un correo y una reclamación por escrito pero no me responden, somos varios vecinos afectados porque la gente ocupa la plaza, vienen con la radio, hacen botellón y es imposible dormir. Con la acústica que tiene la plaza retumba todo", se queja. Explica que han abierto "a patadas" la puerta del patio comunitario, "ha habido que comprar un candado pero da igual, la están destruyendo". Dice que ha aumentado el vandalismo porque, además, "son cada vez más los grupos que ven que eso está abierto y entran".