El Museo Chillida Leku de Hernani recordará el próximo 19 de agosto al escultor donostiarra Eduardo Chillida cuando se cumplen 20 años desde su fallecimiento. “El museo, cuya principal misión es difundir la obra y el pensamiento de Eduardo Chillida, alberga el corpus de obra más amplio y representativo que se conserva, así como el archivo que recoge el legado documental del artista”, destacó ayer Mireia Massagué, directora de Chillida Leku, en un comunicado. “Es emocionante recordar su figura y su obra ahora que se cumplen 20 años de su muerte”, añadió.
Por su parte, Luis Chillida, hijo del escultor, señaló que recordar a su padre cuando se cumplen 20 años de su muerte es “volver a revivir sus grandes gestas en el mundo del arte”.Con 18 años fue portero de la Real Sociedad, la afición le apodaba el gato por su agilidad para saltar, pero una lesión en la rodilla le obligó a abandonar el fútbol. En 1943 inició la preparación a la carrera de arquitectura, estudios que abandonó para entrar a dibujar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1947. Gracias a una beca, Eduardo Chillida se trasladó a París en 1948 donde realizó sus primeras esculturas figurativas en yeso (1948-1949) influenciado por la Grecia arcaica.
Con ellas recibió un temprano reconocimiento exponiendo en el Salón de Mai de 1949. Un año más tarde, expuso por primera vez en una colectiva de la Galerie Maeght dedicada a artistas emergentes. En 1951 sufrió una crisis artística y abandonó la capital francesa para regresar al País Vasco, donde se reencontró con sus raíces y descubrió el hierro. Un año antes se casó con Pilar Belzunce y en 1951 nació la primera de sus ocho hijos.
Más personal
La vuelta a su tierra supuso el inicio de una obra marcada por un lenguaje más personal. Así nació Ilarik, su primera escultura abstracta en conexión con las estelas funerarias. A pesar de fijar su residencia en el País Vasco, en aquellos años viajó a París con frecuencia y estableció un gran vínculo con Aimé Maeght y su galería. En 1954 se inició en la obra pública con las puertas para la Basílica de Arantzazu. Sus obras destinadas al espacio público, más de 40, se encuentran ubicadas en ciudades de todo el mundo.
Actualmente su obra está presente en colecciones de todo el mundo y se ha mostrado en más de 500 muestras individuales. En 1980 expuso consecutivamente en el Guggenheim de Nueva York, Palacio de Cristal de Madrid y, por primera vez en el País Vasco, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. En 1999 lo hizo en el Guggenheim Bilbao. En septiembre de 2000 se inauguró Chillida Leku con la finalidad de mostrar al mundo la obra del escultor donostiarra en diálogo con la naturaleza y cuya pieza central es el caserío Zabalaga. Eduardo Chillida falleció en Donostia en agosto de 2002.