El Juzgado de lo Penal número 2 de Avilés (Asturias) ha condenado a 27 personas a penas de entre seis y 21 meses de cárcel por difundir un vídeo de contenido erótico grabado a una pareja sin su consentimiento durante las fiestas de San Timoteo de Luarca hace 14 años.
El fallo, que absuelve a otras tres personas, ha impuesto una pena de un año y nueve meses de prisión a seis acusados por un delito contra la intimidad y al pago de una multa que supera los 2.500 euros, además del abono de una indemnización de 20.000 euros a cada uno de los miembros de la pareja.
A los otros 21 condenados, que reconocieron haber difundido el vídeo, cuya autoría no está acreditada, se les ha impuesto una pena de seis meses de prisión, a sustituir por una multa de seis euros diarios durante 360 días, y también deberán indemnizar a la pareja con 40.000 euros.
El fallo constata que la filmación del vídeo de contenido erótico a la pareja se llevó a cabo sin conocimiento ni consentimiento de ambos.
Según la resolución del juez, la repercusión social de estos hechos ha tenido un grave efecto en la vida de la perjudicada, que "ha afectado muy intensamente a su situación personal", por lo que ha precisado de ayuda profesional para intentar superarlo.
La protagonista del vídeo tuvo que irse de Asturias
La sentencia relata que al ser objeto de "burlas, cotilleos y cuchicheos" en su ciudad natal, la joven tuvo que trasladarse a residir fuera de ella "ante la presión social que llegó a sufrir".
Por su parte, el otro joven ha sufrido "perjuicios personales importantes" al haber sido distribuido el vídeo entre grupos de WhastApp de estudiantes del campus de Gijón en el que él cursaba estudios.
También vio agravado su padecimiento de psoriasis vulgar debido al estrés sufrido por estos hechos, que afectó también a su rendimiento laboral y a su relación de pareja.
La chica que aparecía en el vídeo, que tuvo que seguir terapia con una psicóloga, reconoció durante el juicio que era lo peor que le había pasado en la vida y que se vio obligada a irse de Asturias a raíz de la grabación, que estuvo circulando durante años por las redes sin que tuviera constancia, mientras que el joven, que vive en Alemania, no testificó ante la jueza.