Más que necesarios, son totalmente imprescindibles. Los voluntarios y las voluntarias de Cruz Roja Navarra son una parte fundamental de los Sanfermines al velar por el bienestar y la salud de todas las personas participantes en la fiesta. Su presencia no es sólo trascendental en el encierro, sino que también están presentes en los fuegos artificiales y en otros muchos actos del programa festivo, como el chupinazo, para atender cualquier incidencia y prestar la primera asistencia sanitaria a todas aquellas personas que lo requieran.
Entre esos cientos de voluntarios, se encuentra la pamplonesa Ainhoa Irigoyen Torres, de 45 años, que lleva desde el año 2002 siendo miembro de Cruz Roja Navarra. Desde entonces, ha vivido numerosos Sanfermines al otro lado de la barrera, encargándose de atender heridos en el encierro y también otras urgencias médicas de toda índole en otros servicios a lo largo de las fiestas. Este año tiene una responsabilidad especial en el denominado corazón de la fiesta, la plaza de Toros de Pamplona.
Trabajadora de una residencia para personas con discapacidad, Ainhoa es la responsable del operativo de Cruz Roja en la plaza de Toros durante la celebración de las corridas en los Sanfermines. “Coordino a un equipo de unas 30 o 35 personas, que nos dedicamos a asistir a los espectadores de las corridas en caso de sufrir algún tipo de percance. Pueden ser caídas, agresiones, intoxicaciones etílicas o golpes de calor, como ocurrió el año pasado”, recuerda. El personal de Cruz Roja se distribuye por toda la plaza y permanece en comunicación permanente para atender cualquier tipo de incidente de la forma más rápida posible.
La plaza de Toros cuenta con una zona de botiquín, a la que se derivan aquellos casos que requieren la valoración de un médico, que cuenta con el apoyo por una enfermera. También dispone de un quirófano que podría ser habilitado si fuese necesario para la atención de espectadores. “En el encierro y en las vaquillas es más normal usarlo, en las corridas no tanto”, explica.
Durante su trayectoria como voluntaria de Cruz Roja, Ainhoa, que cuenta como formación como TES (Técnico de Emergencias Sanitarias), ha estado de servicio en diferentes tramos del encierro, desde la cuesta de Santo Domingo, hasta la calle Mercaderes o la bajada de Javier. También, como el resto de los voluntarios y voluntarias, ha estado en la atención del toro de fuego, los fuegos artificiales...
De su experiencia en los Sanfermines, Ainhoa destaca un momento que se le quedó marcado, ocurrido en 2005: “Fue la cornada que sufrió un policía municipal durante el encierro en Mercaderes. Estaba en el vallado sacando corredores y en el momento no nos dimos cuenta. Pero cuando bajó del vallado y se cayó al suelo, vimos que le había corneado el toro. Te das cuenta del riesgo que supone el encierro, porque nos podía haber pasado a cualquiera. Cuando ves las fotos en el periódico, te das cuenta de lo cerca que pasan a veces los cuernos de nosotros”, subraya.
A pesar de su dedicación desinteresada como voluntaria de Cruz Roja Navarra durante los Sanfermines, Ainhoa afirma que tiene tiempo para disfrutar de las fiestas. “Es compatible ser voluntaria con vivir las fiestas, aunque ahora las vivo de otra manera, porque cuando fui madre, aprendí a disfrutarlas de día. Me gusta el chupinazo, la procesión... Pero sobre todo me gusta ver los encierros. Si puedo, porque no estoy de servicio, me gusta ver los encierros por la televisión. Los disfruto mucho”, incide.
La realidad es que las fiestas de San Fermín serían impensables sin la actividad que lleva a cabo Cruz Roja Navarra, y otras entidades, como DYA Navarra, en la asistencia sanitaria de miles de personas durante los nueve días que dura la celebración. “La atención sanitaria es fundamental para la celebración de las fiestas. Los voluntarios estamos en la calle y podemos atender rápidamente numerosas incidencias. Sin nosotros y nosotras, los centros hospitalarios acabarían saturados. Además, sin sanitarios no sería posible la celebración de los encierros, por ejemplo. Damos una atención inmediata y controlada desde el 6 de julio hasta el 15 de julio”, concluye Ainhoa.