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Polideportivo

Vencidos por la emotividad

Jeff Withey tapona la penetración de un rival.
Jeff Withey tapona la penetración de un rival.

CUANDO quedaban 7.16 para el final del partido, el derbi alcanzó su máxima temperatura con el enganchón que protagonizaron Michale Kyser y Markus Howard. Tras un tapón del pívot del Bilbao Basket, el base del Baskonia le impidió salir corriendo y cuando se vieron cara a cara Kyser propinó un empujón a su rival. Varios jugadores del equipo gasteiztarra saltaron del banquillo para intentar apaciguar los ánimos y las sanciones quedaron en manos del vídeo y de los árbitros. Los dos jugadores que se enfrentaron fueron sancionados con falta antideportiva y Raieste y Kurucs, casi espectadores, fueron descalificados por la vía reglamentaria, pero de una manera injusta que revela algunas carencias del reglamento de baloncesto.

Hakanson anotó un tiro libre para poner el 62-64, pero dio la impresión de que el derbi se había acabado para el Bilbao Basket. La emotividad del momento, ese tener los nervios a flor de piel le llevó a caer en errores ante un rival mucho más cuajado. Un parcial de 0-7 fue suficiente para decantar finalmente un partido jugado al filo porque para entonces los hombres de negro ya iban con la lengua fuera y ni siquiera el recurso a la desesperada era viable. El Baskonia, sin hacer su mejor partido, no iba a dejarse sorprender estando como estaba alentado por su incansable afición.

El Bilbao Basket compitió hasta donde le llegaron las fuerzas y no pudo ganar a marcador bajo, como era uno de los objetivos antes del encuentro. El esfuerzo no dio para más porque ni siquiera en un derbi con estética de Halloween, en una batalla definitivamente perdida, la mala suerte abandonó al Bilbao Basket. Es algo digno de análisis y que está poniendo a prueba la capacidad de aguante de los hombres de negro. Ayer domingo le tocó a Andersson, que tuvo que salir del partido al recibir un fuerte golpe en la parte superior del muslo cuando solo había pasado un minuto. El sueco trató de ayudar lo que pudo, alternando sus ratos en cancha con trabajo en la bicicleta estática, pero se le vio mermado. Así que sin Radicevic, con Sulejmanovic también tocado en el tobillo, Rosa y Ubal tuvieron que entrar en la rotación para tratar de mantener la frescura, aunque el rival suponía un reto grande para dos recién llegados a la Liga Endesa.

Otro momento de inflexión del partido estuvo en el inicio del segundo cuarto cuando el Bilbao Basket mandaba por 14 puntos y sin faltas en su casillero, no mantuvo la agresividad en defensa y permitió que el Baskonia le anotara ocho puntos en apenas minuto y medio que metieron a los de Joan Peñarroya en el partido y, sobre todo, encontraran la fluidez y la confianza que les había faltado hasta entonces. Los siete tiros libres consecutivos fallados al final del segundo cuarto contribuyeron también a la cuenta de regalos.

A partir de ahí, los baskonistas llevaron el mando, salvo cuando un parcial de 14-1 adelantó de nuevo al Bilbao Basket mediado el tercer cuarto. Fue otro ramalazo de carácter y, sobre todo, de un acierto que los vizcainos no pudieron sostener. El derbi les quedó demasiado grande a algunos jugadores que siguen bajos de confianza y, sobre todo, de claridad en la toma de decisiones. Así, es complicado tumbar a los gigantes.

2022-11-01T06:02:03+01:00
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