En los últimos años, la irrupción de la tecnología ha generado grandes cambios en todos los sectores. Y el mercado inmobiliario no es ajeno a esas innovaciones, donde han marcado un antes y un después en la compra y venta de inmuebles.
Las inmobiliarias clásicas han vivido durante muchos años sin alterar su estrategia, y hoy se ven amenazadas por la entrada de nuevas empresas en línea como Housfy, Propertista, Grocasa o Housell, que aprovechan las posibilidades del mundo online para ofrecer algunas ventajas respecto al mercado tradicional. Pero, ¿cuáles son sus ventajas?
Antes de conocerlas y sentenciar qué modelo de negocio es mejor o pero, debemos tener claro que cada modalidad tiene su público, sus propios usuarios o clientes y que más allá de los gastos que cada una pueda generar, debemos tener en cuenta el tiempo, la disposición y las ganas con las que contamos para implicarnos en la venta.
Una inmobiliaria online facilita el acceso a su plataforma a través de una aplicación.
Ventajas de las agencias digitales
1. Ahorro de dinero. Las inmobiliarias tradicionales viven de las comisiones, que suelen ser de entre un 3% y 7% del precio de venta de la casa o el piso. Las agencias inmobiliarias digitales han introducido un nuevo factor en la ecuación: el pago único por servicio prestado. Así, solo se efectuaría un pago por la venta de la casa, y este sería la misma cantidad para todos los bienes vendidos, dado que se paga por servicio y no por el valor del inmueble,
Pero obviamente que no cobren comisiones no quiere decir que sean gratuitas. Estas empresas cobran uno honorarios fijos de acuerdo con los servicios que se contraten. Tales honorarios suelen ser de entre 1.000 y 8.000 euros, unas cifras inferiores a la media de las comisiones de las inmobiliarias tradicionales
2. Control sobre la venta. Las inmobiliarias online ponen a disposición de sus clientes una aplicación móvil desde donde pueden hacer un seguimiento de la venta. Así, el propietario puede verificar cuántas visitas tiene su anuncio y cuántas ofertas recibe, entre otras cosas.
Por último, como las gestiones se realizan de manera telemática, los propietarios no deben desplazarse hacia ninguna oficina para firmar los contratos. El único documento que debe firmarse de manera presencial en estos casos es la escritura de compraventa.
3. Elegir tarifas adaptadas a cada caso. Una de las grandes ventajas que tienen las inmobiliarias online es que ofrecen diferentes paquetes de servicios, de forma que podemos elegir qué queremos que haga la agencia y de qué queremos ocuparnos nosotros. Así, podemos, por ejemplo, contratar a la inmobiliaria para que valore nuestra vivienda, gestione los anuncios de venta en los portales inmobiliarios y tramite algunos documentos importantes, mientras nosotros nos encargamos de enseñar la casa a las visitas para así pagar menos.
Las llaves de una vivienda, listas para ser entregadas a su nueva propietaria.
Inconvenientes inmobiliarias online
1. No incluyen todos los trámites. Las tarifas o los paquetes de las inmobiliarias online no incluyen todos los servicios. De manera general, proponen que el propietario se encargue de enseñar la casa a las visitas y de la gestión de algunos documentos, como el certificado energético y la cédula de habitabilidad, por lo que supondrá tener que implicarnos mucho más en la venta.
2. Posible clausula de exclusividad. El usuario suele abondar a la agencia entre 2.000 y 8.000 euros solo cuando la propiedad se vende, pero suelen exigir un plazo de de exclusividad de entre tres y seis meses, por lo que el propietario no puede trabajar con ninguna otra inmobiliaria en ese periodo. Esta circunstancia suele ser un problema cuando existe cierta prisa o urgencia por vender la vivienda.
En tales casos, puede ser conveniente trabajar con varias inmobiliarias a la vez. Por lo tanto, es otra variable que se debe tener en cuenta al momento de decidir si elegir o no una inmobiliaria online.
3. Localización muy concreta. Por último, se debe tener en cuenta que la mayoría de estas agencias operan solo en los grandes centros urbanos, como Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao o Valencia. Son la minoría las que ofrecen sus servicios en todo el país, y además, trabajan únicamente con planes prepago.