El tropiezo en Singapur, donde se detuvo una racha de diez victorias consecutivas de Max Verstappen y quince de Red Bull coincidiendo con la prohibición de alerones y suelos flexibles, pudo hacer pensar que comenzaba una nueva época, fue un pequeño paréntesis en la dominante temporada del piloto neerlandés. En el Gran Premio de Japón, Verstappen retomó la senda del éxito al conseguir un autoritario triunfo, el decimotercero del curso y decimoquinto para su escudería, y decidirse de este modo el Campeonato del Mundo de Constructores el día en que McLaren rubricó el primer doblete en el podio desde Monza 2021. Un éxito aplastante que permitirá a Mad Max alcanzar su tercer título en la carrera de Catar, donde un sexto puesto en la carrera al esprint del sábado le convertiría en campeón.
“Quizá el neumático haya deslizado un poco de más en la salida, pero después de eso ha sido todo bastante fácil”. Así resumió Verstappen su logro. Y es que apenas sufrió la intimidación de los McLaren, que en la salida llegaron a emparejarse con el poleman. Seguido, apareció un safety car que en nada alteró al líder neerlandés. Al relanzarse la prueba Verstappen imprimió un ritmo inabordable para sacar dos segundos en apenas dos vueltas al paquete de monoplazas. Una vez abierta la brecha, la retransmisión se olvidó de la cabeza de carrera. Verstappen se dio un paseo triunfal para igualar las trece victorias en un mismo año que sellaron Michael Schumacher en 2004 y Sebastian Vettel en 2013 para quedarse a solo dos de su propio récord del año pasado. Asimismo, alcanzó la cifra de 177 puntos de ventaja sobre su compañero Sergio Pérez –que sufrió un abandono–, la mayor diferencia de la historia entre el primer y el segundo clasificado.
“Max, ha sido absolutamente fantástico: 19,4 segundos al resto de la parrilla”, celebró el jefe de Red Bull, Christian Horner, que lanzaba así un dardo a los críticos que pensaron que la hegemonía de la fábrica austríaca podía haber alcanzado su fin. Verstappen fue menos sutil: “Tuvimos un mal fin de semana. Por supuesto, luego la gente empieza a decir ¡ah, es todo por culpa de las directivas técnicas! Creo que se pueden ir a chupar un huevo”. El campeón está de vuelta. El tirano ha regresado al sillón del poder.
Las diferencias resultaron insultantes. Verstappen endosó 19 segundos al segundo clasificado, 43 al primer Ferrari, 49 al Mercedes más adelantado y 50 al ganador de la carrera de Singapur, Carlos Sainz. En una carrera de 53 vueltas que se anularon cuatro por la aparición del coche de seguridad, significa casi un segundo por vuelta. Un mundo. “No estamos cerca de Max, pero el progreso es espectacular”, valoró Norris.
McLaren confirmó que su tendencia es al alza. Mercedes y Ferrari no fueron rivales para la escudería de Woking. Lando Norris y Oscar Piastri se mostraron superiores para garantizar un podio que en el caso del segundo tuvo especial significado al ser el primero de su carrera y en el curso de su debut, lo que no sucedía desde el 2017, cuando Lance Stroll consiguió una gesta semejante.
Ferrari y Mercedes pugnaron por la cuarta posición, que fue a parar a manos de Charles Leclerc. La buena noticia para la escudería de Maranello es que en una carrera de alta degradación de neumáticos no sufrió como lo ha venido haciendo. Pudo ser incluso un mejor resultado para Ferrari de no haber fallado en la estrategia con Carlos Sainz, que terminó sexto penalizado por la imprecisión de su garaje a la hora de cambiar de gomas. “El resultado no refleja el ritmo que hemos tenido. Hemos tenido una buena degradación así que muy contento con el ritmo, lo malo es el resultado”, lamentó el madrileño.
Duelo en Mercedes
Entre Lewis Hamilton y George Russell saltaron chispas. “Hemos tenido la batalla más apretada”, expresó el veterano, que llegó a sacar de la pista a su compañero. “No ha sido la carrera más limpia por mi parte”, confesó Hamilton, que cerró la prueba del sol naciente en quinta posición. Unos puntos importantes de cara a afianzar su tercer puesto en el campeonato, dado que Fernando Alonso, su gran amenaza, fue octavo para reafirmar la caída de Aston Martin, que solo ha sumado 6 puntos en las últimas tres carreras, todos ellos con las manos del piloto asturiano, quien cae a 16 puntos de distancia de Hamilton.
“Me habéis echado a los leones”, protestó Alonso cuando su equipo adelantó la primera de las dos paradas para realizar un undercut que, aunque resultó efectivo, cambió el paso de la estrategia del equipo. A la larga, fue una mala decisión. “Nuestro DRS aún no es del todo efectivo, lo abrimos y el coche de delante se continúa yendo. Tenemos que mejorar en ese apartado”, añadió además el ovetense, que llegó a rodar en sexta posición tras ganar cuatro posiciones en la primera vuelta. No obstante, se fue desangrando con el transcurso de las vueltas.