Verstappen vence en Silverstone pese al surgimiento de un nuevo rival

Red Bull va camino de inscribir su monoplaza como el más poderoso de la historia de la Fórmula 1. Suma diez victorias en las diez carreras de la presente temporada. Es el coche más dominante del Siglo XXI y está a tan solo un triunfo de lograr el mejor comienzo de campeonato de la historia, lugar que ostenta McLaren cuando en 1988, de la mano de Alain Prost y Ayrton Senna, alcanzó once conquistas en las once citas inaugurales. El Gran Premio de Gran Bretaña se lo adjudicó Max Verstappen, que encadena seis victorias consecutivas y acumula ocho este año. Si bien, pese a la autoridad de los Red Bull, puede que hayan llegado tiempos de cambio en la zona noble, dado que la sorpresa propiciada por McLaren el sábado, con sus dos coches a la zaga del poleman Verstappen, no fue casual.

Verstappen quizá se topó en Silverstone con el mayor rival del curso. Lando Norris puso en apuros como ningún otro a Mad Max. El británico arrancó como un cohete y lideró hasta la quinta vuelta, cuando por fin Verstappen se pudo desembarazar del McLaren, que consiguió después mantenerse instalado a distancia de DRS hasta prácticamente el décimo giro, cuando el neerlandés por fin pudo abrir una brecha para escaparse en solitario para escribir un nuevo glorioso capítulo de su laureada trayectoria. De hecho, tras vencer en Miami, Mónaco, España, Canadá, Austria y Gran Bretaña, Verstappen atraviesa su mejor racha desde que llegó a la F-1. Es el quinto piloto que enlaza seis victorias tras Alberto Ascari, Michael Schumacher, Sebastian Vettel y Nico Rosberg.

Un 'safety car' altera el orden

Norris debió conformarse con la segunda posición, protegida con mérito ante Lewis Hamilton, que finalizó tercero tras verse beneficiado por la aparición de un coche de seguridad que le permitió ganar tiempo en el pit-stop. Precisamente esta aparición del safety car –vuelta 33 de las 52 programadas– perjudicó a Oscar Piastri, que bien pudo haber alojado el otro McLaren en el tercer peldaño del podio. El debutante fue finalmente cuarto para ratificar el progreso de su escudería.

“Es de locos. He luchado todo lo que he podido con Max. Ha sido una pena el coche de seguridad, porque Oscar merecía el podio”, repasó Norris ante su afición, después de hacer las delicias tuteando a Verstappen. “Hemos salido fatal y habrá que analizarlo. No ha sido fácil. Hice algo de drift el jueves con los chicos de marketing (como parte de un evento promocional), y lo he repetido”, bromeó Mad Max, que admitió que esa mala salida “hizo que la carrera fuera un poco más emocionante”. “Lando se ha portado bien”, prosiguió juguetón Verstappen, que guarda buena relación con el británico, que jugó limpio en ese bonito duelo inicial, algo inesperado.

Alonso pierde fuelle

El coche de seguridad también benefició a Fernando Alonso, que llegó a rodar en sexta posición partiendo octavo, aunque cerró la prueba en el séptimo lugar, rebasado en los compases finales por Sergio Pérez, sexto. El mexicano se aleja peligrosamente de la pugna por el título. Los sábados le están pasando factura. Checo Pérez arrancó por quinta vez seguida fuera del Top 10. Así es imposible debatir con Verstappen. El mexicano, segundo en el campeonato, ya está a 99 puntos del liderato. Un mundo. La diferencia se antoja insalvable. Pérez no es regular y Verstappen viaja desbocado hacia su tercera corona de la Fórmula 1.

Alonso, por su parte, conserva la tercera plaza en el campeonato, pero tiene a Hamilton a solo 16 puntos de distancia. Aston Martin debe reaccionar. La fortuna libró al ovetense de un mal mayor, pero el monoplaza ha reducido su rendimiento ante el progreso de otros. Explicaba Alonso que el coche sufre en las curvas rápidas. Habrá que aguardar a las próximas citas para observar si solo se trata de eso. En Silverstone, de no ser por el safety car, pudo concluir fuera de los puntos por primera vez esta campaña.

Ferrari se hunde

Ferrari, por su parte, se hundió. Charles Leclerc rodó en cuarta posición y Carlos Sainz, en la sexta, pero el coche de seguridad cogió a ambos pilotos a contrapié, poco después de haber completado el primer y único cambio de neumáticos. Leclerc acabó noveno y Sainz, décimo. “Ha pasado un poco de todo”, lamentó el madrileño.