Polideportivo

El talento y la resiliencia coronan a Verstappen

El neerlandés se consagra como campeón mundial por cuarta vez consecutiva, lo que solo lograron Fangio, Vettel y Hamilton
El piloto de Fórmula 1 Max Verstappen (Red Bull) tras la carrera en Las Vegas, donde se ha hecho con su cuarto mundial consecutivo. / EFE

El coche implacable, todopoderoso, dejó de serlo allá por primavera, en la sexta cita del calendario que fue Miami. Red Bull abandonó a Max Verstappen (30-IX-1997, Hasselt) a su suerte, como náufrago sin barco aferrado a los restos de un pecio que en su día surcó los mares majestuoso, superado mecánicamente por al menos dos escuderías desde entonces en un extenuante programa de 24 carreras. En un deporte donde la máquina determina resultados, se antojaba el fin de una de las mayores épocas de dominación. Pero a Verstappen jamás le dejó de lado su talento y su resiliencia, virtudes que en sus manos han servido para maximizar opciones y luchar contra el poder de las máquinas. El neerlandés ya es tetracampeón mundial en una obra de arte que quedará para los anales de la historia como una de las más brillantes precisamente por eso, por sucederse de forma poética, desdiciendo la lógica del más rápido.

Sus lágrimas a bordo del Red Bull al concluir el Gran Premio de Las Vegas, como las de un témpano mirado por el sol, evocaron a las de su primer título, el que obtuvo frente a Lewis Hamilton decidido en la última vuelta de la carrera postrera de 2021, cuando el joven prodigio se transformó en estrella. 2022 y 2023 dieron paso al binomio que rozó la perfección, la conjugación cuasiperfecta entre el hombre y el coche, con 15 y 19 victorias, respectivamente, en 22 carreras. 2024 ha estado cerca de ser la defunción por éxito de Red Bull, pero ahí ha brotado la mejor versión de Verstappen para culminar la consecución que en su momento solo alcanzaron Sebastian Vettel (2010-13) también a los mandos del Red Bull, Juan Manuel Fangio (1954-57) y Hamilton (2017-20). Cuatro cetros mundiales consecutivos para situar a Verstappen como el sexto piloto de la Fórmula 1 con cuatro títulos, a rebufo de los citados, y de Alain Prost y Michael Schumacher.

Este año ha mostrado la versión más cerebral de Mad Max, el terror del asfalto. Tras un comienzo que parecía anticipar otro curso avasallador con cuatro victorias en las primeras cinco pruebas, o siete en las diez inaugurales, estallaron las carencias de su monoplaza. Verstappen llegó a encadenar diez carreras sin triunfos hasta alcanzar la genialidad de Brasil, una remontada insospechada desde la decimoséptima pintura de la parrilla de salida hasta la cúspide del podio, un golpe de autoridad para dejar el campeonato prácticamente sentenciado ante un Lando Norris acusado por graves errores que le situaron en Las Vegas a expensas de clasificar por delante de Verstappen para prolongar sus opciones hasta las dos últimas citas del Mundial.

La quinta posición de Verstappen en el paraíso del juego de apuestas y la sexta plaza de Norris han resultado suficientes para decidir el debate en favor del implacable neerlandés, que se corona con solo ocho victorias hasta la fecha. “Ha sido una larga temporada, desafiante: empezamos de una manera increíble, era casi como un crucero, pero luego tuvimos una racha difícil. Como equipo nos mantuvimos unidos, seguimos trabajando en las mejoras, y sí, llegamos al objetivo”, describió.

Una virtud, crucial, ha sido mantener la calma en momentos turbulentos. Una faceta apenas vista en un piloto caracterizado por su visceralidad. “Como persona, a veces tuve que mantenerme tranquilo. Y creo que, en cierto modo, por supuesto, sigo prefiriendo la temporada pasada. Lo disfruté mucho, pero creo que esta he aprendido lecciones de las que estoy muy orgulloso”, sentenció. La bestia ha crecido, se ha optimizado. “Estar aquí como tetracampeón del mundo es, por supuesto, algo que nunca pensé que fuera posible”, añadió.

Si bien, el jerarca atisba un disputado 2025 en el que será complicado seguir coleccionando títulos. “Va a ser una batalla entre muchos coches. Pero sí, tengo hambre, por supuesto, e intentaremos volver a hacerlo el año que viene”, pronunció. Será un año que marcará el final de una era y en que no se esperan grandes inversiones, lo que a día de hoy sitúa a McLaren, Ferrari e incluso Mercedes por delante de Red Bull. No en vano, en Las Vegas George Russell se alzó vencedor y Hamilton selló un doblete para Mercedes, ambos por delante de Charles Leclerc y Carlos Sainz, tercero y cuarto, respectivamente, con el Ferrari.

Norris, por su parte, justificó la coronación de Verstappen del modo más descriptivo: “Compito contra el que seguramente sea el mejor de todos los tiempos”. Al piloto de McLaren en nada le ha beneficiado la competencia con su propio compañero, Oscar Piastri, ni la alternancia en cabeza con los Ferrari y los Mercedes, motivos de un reparto de puntos que han convertido la regularidad de Verstappen en un argumento decisivo.

Si en 2023 solo el compañero de garaje Sergio Pérez (2 victorias) y Carlos Sainz (1) privaron a Verstappen de aumentar el número de conquistas, este curso Norris (3), Leclerc (3), Hamilton (2), Piastri (2), Sainz (2) y Russell (2) han impedido mayor gloria para Mad Max, que ha sabido sacar partido de la falta de jerarquía. Porque, como ha demostrado, no todo es la velocidad en el deporte del motor. Con talento y resiliencia también se puede ser campeón de la Fórmula 1.

24/11/2024