Lo que hasta ahora solo habían sido pegas para permitir la utilización de las lenguas cooficiales en el Congreso, argumentando incluso una supuesta complejidad técnica para dar este paso, ayer se convirtió en una apertura total de compuertas que posibilitó que el euskera, el catalán y el gallego tuvieran su cuota de protagonismo en la propia sesión constitutiva de la Cámara baja.
La jornada fue prolija en gestos, también a muchos kilómetros de distancia, en la Presidencia del Consejo de la Unión Europea, a la que el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, se dirigió por carta para reclamar que las “lenguas españolas distintas del castellano que gozan de estatuto oficial en España” tengan idéntico rango en la UE. El ex president Carles Puigdemont había advertido al PSOE de que si quería los votos de JxCat para lograr una Mesa del Congreso de mayoría progresista hacían falta “hechos comprobables”. Y los mismos llegaron en la forma de carta manuscrita dirigida a la UE.
También de puertas para adentro del Congreso se escenificó este nuevo tiempo. Recién elegida presidenta de esta Cámara, la socialista Francina Armengol empezó su primer discurso en el cargo dando las gracias al resto de diputados en euskera, catalán y gallego. Y tras la ceremonia de acatamiento de la Constitución, explicitó su compromiso a la hora de permitir el uso de estas lenguas desde la misma sesión constitutiva.
“Se trata de sumar, de dialogar, de falar, parlar, de practicar el diálogo porque España siempre avanza cuando reconoce su pluralidad, y tenemos la oportunidad de abandonar los miedos, escapar de las divisiones”, explicó ante el hemiciclo. “Y esta presidencia permitirá la utilización de todos estos idiomas desde esta sesión constitutiva, del catalán, del euskera y del gallego”, subrayó la balear.
Lejos quedan, por tanto, las reticencias expresadas por dirigentes socialistas cuando, en la fase inicial de las negociaciones tras las elecciones generales, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, propuso reformar el reglamento del Congreso para que los diputados puedan expresarse en sus respectivos idiomas, como claro guiño a los grupos nacionalistas. La portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Rodríguez, alegó las “dificultades de su aplicación práctica”, cuando en la propia Eurocámara conviven diputados de una treintena de países con la traducción simultánea perfectamente engrasada.
Esta fue también una exigencia de ERC para apoyar la candidatura de Francina Armengol a presidir la Mesa del Congreso. Junto con el uso de las lenguas cooficiales en las sesiones plenarias, ERC reclamó que cualquier ciudadano pueda dirigirse a la administración y defenderse en la Justicia en catalán, euskera o gallego, lo que requerirá de una ley orgánica. El portavoz republicano en el hemiciclo, Gabriel Rufián, advirtió eso sí de que este acuerdo no supone un apoyo explícito a una investidura de Pedro Sánchez pues “eso es otro proceso, otra negociación”. Los propios diputados acataron ayer la Constitución en euskera, catalán, valenciano o gallego y en defensa de la república catalana y vasca o de los afectados por el procés.