Aunque los hermanos Lumière fueron los inventores del cinematógrafo, fue Georges Méliès (París, 1861) la primera persona en imaginar las infinitas posibilidades que ofrecía aquel instrumento y combinar la magia con la cinematografía para dar un impulso al cine como espectáculo. Sus películas marcaron el camino que siguieron los primeros cineastas en Europa y Estados Unidos, y su legado ha llegado hasta la actualidad.
Dibujante, mago, constructor de artefactos, director de teatro, actor, decorador y técnico, Méliès produjo, realizó y distribuyó más de 500 películas entre 1896 y 1912, reinando en el mundo del género fantástico durante casi 20 años. La contribución del cineasta francés al séptimo arte fue fundamental, pues dio una vuelta completa a la idea de cine que existía e introdujo el sueño, la magia y la ficción en el cine que, hasta entonces, era puramente documental.
En honor a este gran personaje, la Fundación la Caixa y el Ayuntamiento de Pamplona, en colaboración con La Cinémathèque Française, abren la exposición Empieza el espectáculo. Georges Méliès y el cine de 1900, una muestra que ahonda en la contribución de Méliès al cine de la época y trata de hacer resurgir la figura del cineasta, que cayó en el olvido y la ruina económica a partir de 1912.
La exposición, ubicada en el Paseo Sarasate y que se puede visitar de forma gratuita hasta el 4 de octubre, presenta en un innovador formato itinerante que, en un espacio de 200 metros cuadrados, traslada a los visitantes al ambiente de principios del siglo XX para explicar cómo se produjo el nacimiento del cine popular. La exposición se divide en tres ámbitos e incluye varias películas del cineasta, copias de fotografías de la época y reproducciones de carteles, dibujos, una maqueta del estudio de Méliès en Montreuil, objetos de la época como la carpeta fantástica de Houdin y aparatos como el cinematógrafo de los hermanos Lumière.
La muestra la han presentado la delegada de la Fundación la Caixa en Navarra, Izaskun Azcona; Enrique Maya, alcalde de Pamplona; Miguel Navarrete, director de instituciones de CaixaBank, y Sergi Martín, comisario de la exposición.
Izaskun Azkona ha querido poner en valor el trabajo que realiza Fundación la Caixa en el ámbito cultural: “Contamos con un programa de exposiciones itinerantes que cada año visitan las principales ciudades del país, como es el caso de la que tenemos hoy aquí, volviendo a convertir el Paseo Sarasate en un museo a cielo abierto”.
Por su parte, el alcade de Pamplona, Enrique Maya, ha descrito la exposición como “una maravilla” y animó a “todo el mundo a que participe” en ella, porque “el cine es cultura”. También habló del “currículum impresionante” de Méliès: y afirmó que “esto puede ser una buena oportunidad para reivindicar la historia del cine”.
Por otro lado, Miguel Navarrete ha apuntado que “la divulgación de la cultura en cualquiera de sus expresiones artísticas contribuye a configurar una sociedad más tolerante en la que tengan cabida otros puntos de vista y otras disciplinas creativas”.
Diversión y aprendizaje
El comisario de la exposición, Sergi Martín, ha relatado la historia de Méliès y ha explicado cómo llegó a convertirse en la figura reconocida que es hoy en día. “Normalmente, se arroga la paternidad del cine a los hermanos Lumière, que inventaron el cinematógrafo. Es como si hubieran inventado el bolígrafo, pero la primera persona que escribió cuentos con ese bolígrafo fue Georges Méliès”, ha contado Martín.
“Por eso se merece esta exposición, que trata de contar cómo el cine se convierte en un espectáculo popular, ya que él entendió que el cine tiene que servir para entretener”, ha añadido.
El público de la época, como entendió Méliès, quería distraerse y obtener un poco de diversión en sus escasos ratos libres. “Y ahí fue cuando, en las ferias, empezó a nacer el cine como lo entendemos ahora: un espectáculo popular para entretener, con su punto de magia”, ha apuntado Martín.
A su vez, el comisario ha hablado de otra de las grandes aportaciones del cineasta, que trató de entender al trabajador, pero también se propuso como reto instruir al público a través de resumir clásicos literarios en cintas de dos o tres minutos.
El visionario cineasta “no proyectaba las películas, sino que las producía y vendía a los feriantes”, ha explicado Martín, y para vender más copias rodaba con dos cámaras simultáneamente.
Desgraciadamente, la expansión de la industria cinematográfica y la aparición de grandes empresas como Pathé y Gaumont llevaron a Méliès a la ruina y al olvido. En 1923, destruyó los negativos de todas sus películas y acabó vendiendo juguetes en la estación de trenes Montparnasse. El periodista Léon Druhot lo reconoció en la estación, y su obra empezó a ser valorada y recuperada de nuevo.
“El señor Méliès acabó mal en los años 20, pero la semilla que plantó ha llegado hasta nosotros; los años 20 fueron un fenómeno muy interesante, no solo por la popularización del cine como espectáculo de masas, sino también por su mercantilización”, ha destacado Martín, que también ha mencionado la situación actual del séptimo arte: “Ahora vamos menos al cine. La pandemia no ha ayudado, y estamos en un proceso de individualización en el que pensamos que ver una película es solo verla, y no compartirla”, ha lamentado. “Y por eso me gustaría que esta exposición sirviera para reflexionar sobre cuál queremos que sea el papel del cine en el futuro”.
Magia y cine
Como genio de los efectos especiales y de la magia, Méliès aplicó al cine trucos de magia, pirotecnia, efectos ópticos, desplegables, paradas de cámara, fundidos encadenados, sobreimpresiones, efectos de montaje o de color, para convertir el cine en un verdadero espectáculo de diversión y emociones.
Por eso, Empieza el espectáculo. Georges Méliès y el cine de 1900 traslada a los visitantes a una feria en el cambio de siglo, con sus barracas y su ambiente de fiesta, para conocer a la figura que creó el cine como espectáculo de masas y experiencia colectiva y popular. Los distintos espacios y recursos expositivos de la muestra descubren cómo era el mundo y el ocio de aquella época, así como las claves para entender la importancia de Georges Méliès.
Después de la presentación, Sergi Martín ha realizado una pequeña visita guiada para explicar la trayectoria de Méliès, empezando por sus primeros años, en los que abandonó la fábrica de calzado de la familia para comprar el viejo teatro Robert-Houdin.
También ha relatado el conocido incendio del Bazar de la Charité de 1897, en el que fallecieron 140 personas de la alta aristocracia parisina y el cual provocó un miedo generalizado al cine.
“No quisieron volver a este espectáculo, por lo que el cine pasó de proyectarse de los teatros de la clase alta a las ferias populares”, ha explicado Martín. Un espacio abierto donde era más fácil que no ocurriera nada grave y en el que el cine empezó a convivir con otros espectáculos de raíz popular –circo, estatuas de cera, sombras chinescas–, dando lugar a la fusión mágica que conocemos ahora.
“ “Me gustaría que esta exposición sirviera para reflexionar sobre cuál queremos que sea el papel del cine en el futuro” Sergi Martín - Comisario de la exposición ”
“ “El señor Méliès acabó mal en los años 20, pero la semilla que plantó ha llegado hasta nosotros” Sergi Martín - Comisario de la exposición ”
Entradas. La exposición se podrá visitar en el Paseo Sarasate del 7 de septiembre al 4 de octubre con entrada gratuita, pero bajo reserva, ya que el aforo es limitado. Dichas reservas pueden realizarse en CaixaForum.org.
Horarios. El horario será de 12.30 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas de lunes a viernes, y de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas los sábados, domingos y festivos. También se ofrecen visitas guiadas y visitas escolares.
‘Participa Méliès’. La exposición incluye la actividad educativa Participa Méliès, abierta a todo el mundo, que ofrece la posibilidad de demostrar el ingenio y la creatividad inspirándose en los fantásticos trucos del inventor de los efectos especiales. Solo se necesita un dispositivo que pueda grabar y usar alguno de los trucajes característicos del cine de Méliès, como la sustitución, la sobreimpresión o los juegos de escala.
Tres espacios. La exposición se divide en tres ámbitos. El primero presenta en contexto social, político y popular de Georges Méliès y del mundo de 1900. Una vez los visitantes cruzan el telón, un segundo ámbito presenta el mundo de Méliès, acercando al público a la experiencia cinematográfica mediante puestos de feria. El tercero está enteramente dedicado a Le voyage dans la Lune, el primer largometraje (de 16 minutos) que Méliès produjo en 1902. También profundiza en cómo ha cambiado el cine y en la influencia de este pionero en la concepción popular del cine.