Cuando hablamos de un viaje de lujo, siempre pensamos en un viaje carísimo. E Itziar Fernández de Lamborena, responsable de Xarmanta Life, responde que "sí", que "lo son" pero añade que es así porque "ofrecen una serie de servicios que son exclusivos". Explica que el viaje no se centra solo en alojamientos de lujo; de hecho, afirma la responsable de Xarmanta Life, "muchos de los viajeros que optan por este turismo buscan hoteles con encanto, boutiques, no van a grandes resorts, quieren hoteles especiales". Por ello, Xarmanta Life ofrece una "experiencia única, muy a la carta, personalizada para cada viajero".
"No tienes que ser 'muchimillonario' para hacer un viaje de lujo; tengo clientes que pasan un tiempo ahorrando y se permiten durante, igual, 15 días hacer este tipo de turismo en el que van a sitios donde saben que no van a ir en el día a día". Asegura Itziar Fernández de Lamborena que habitualmente quien opta por un viaje de lujo "busca comodidad; no quiere perder el tiempo en trámites, en esperas... no es el típico cliente que busca todo por internet, no, para eso confía en las agencias de viajes que, como nosotros, hace este tipo de viajes".
"Es el viajero disfrutón", dice Fernández de Lamborena, quien después de trabajar durante todo el año, "cuando quieren su momento de ocio y disfrute, confían en profesionales. Normalmente no les gustan los sitios masificados, quieren vivir experiencias exclusivas". Y desvela la responsable de Xarmanta Life que lo que les ofrecen es "una libertad controlada, el servicio que se llama 'concierge', en castellano 'conserje', que sería un 24/7. Tú tienes preparadas una serie de cosas que ellos te han demandado, pero estás las 24 horas por si surge algo o, de repente, quieren cambiar. Aquí lo importante es, sobre todo, la flexibilidad: desde tener un chófer privado hasta en los aeropuertos poder utilizar la sala VIP. Aquí sí es donde se hace el verdadero 'slow travel', no es un turismo que se desvivan por ver, son disfrutones".
Y ¿cómo se puede disfrutar del lujo? Las opciones las enumera Fernández de Lamborena: una comida en un restaurante maravilloso "no que tenga 25 tenedores, si no que sea de calidad, que estén bien atendidos y que no haya prisa"; recorrer la "estepa siberiana en un tren"; ir a un lodge en África en el que "ves a otra persona, igual, al de una semana, pero estás allí desconectando del mundo y superbien atendido".
¿Cómo se prepara un viaje de lujo?
Preparar cualquier viaje lleva su tiempo, pero cuando hablamos de un viaje de lujo, Itziar Fernández de Lamborena explica que implica que surja "la química entre el agente y el cliente". "No hay catálogos, les damos nosotros las ideas, somos asesores. No nos limitamos a vender por vender. Primero asesoramos y, después, acompañamos al cliente hasta que vuelve porque para nosotros es importante su feedback cuando regresan". Por ello, todo comienza conociendo cuáles son las preferencias del viajero en cuanto al destino, cuál es el tipo de viaje que le gustaría hacer -cultural, gastronómico, etc...-, de cuánto tiempo dispone y, para el final, se deja el dinero: "aunque a veces es desagradable hablar de dinero sí necesitamos conocer su presupuesto de lo que se quieren gastar" para ajustar el viaje a sus deseos.
Feria en Frankfurt
Itziar Fernández de Lamborena acaba de regresar de feria IMEX que se ha celebrado en Frankfurt. "Hemos ido una serie de agentes de viajes, yo he ido representando a la zona norte. Somos un grupo de empresas que hemos hecho una asociación de DMCs en el sector lujo. Hemos estado de maravilla en Frankfurt y hemos ido allí a hacer contactos con touroperadores, con receptivos de otros países, para crear esa sinergia y ver cómo está el mercado de lujo. Y la verdad es que nos ha sorprendido gratamente".
Concluye Fernández de Lamborena que los viajes son "terapéuticos". Afirma que te ayudan a conocerte mejor a ti mismo y a quienes viajan contigo, te enseñan a compartir. "Es mimarse, es cuidarse y, sobre todo, aprender y ver que no somos el ombligo del mundo".