Al margen de que sus carencias futbolísticas reaparecieron un día más en Son Moix, al Alavés también le miró un tuerto y fue víctima de los elementos en una batalla decisiva por la permanencia en Mallorca. El arbitraje de Melero López le dejó muy descontento hace unas jornadas en el Wanda Metropolitano y este martes fue Soto Grado quien perjudicó claramente sus intereses en la primera mitad con dos decisiones que influyeron de forma determinante en el resultado final.
Cuando habían transcurrido poco más de cuatro minutos, el Alavés vio cómo el colegiado riojano le anulaba un gol muy polémico a Lejeune que le podía haber puesto en franquía en el marcador. Tras un saque de esquina botado por Manu García, la gran novedad de Velázquez en el once inicial junto al regreso de Duarte, el francés remató de cabeza en pugna con Valjent. El balón dio en la espalda del eslovaco y tras caer al suelo 'Flo' batió a Rico con un punterazo con la derecha. Tras la piña albiazul, Iglesias Villanueva –al frente del VAR– llamó a filas al árbitro para que revisara la jugada por una posible mano de Lejeune antes del remate, algo que las imágenes desmintieron con claridad.
Finalmente se anuló el tanto tras varios minutos de suspense. Sin embargo, ahí no se acabaron las desgracias para un Alavés que minutos más tarde encajó un tanto rocambolesco con la firma de Abdón Prats. El punta balear perforó la portería de Pacheco con el empeine de su pie izquierdo tras dos peinadas hacia atrás, una a cargo de Joselu, y un afortunado pase de Maffeo desde el segundo palo.
Es decir, se pasó del posible 0-1 al 1-0 en tan solo unos minutos. El consiguiente mazazo anímico fue acusado por el Alavés, al que le costó sobreponerse y recuperar el aliento pese a que esta vez jugó mucho más de lo habitual en campo contrario. Sin embargo, el gol anulado a Lejeune no fue la única jugada polémica en San Moix, ya que mediada la primera mitad Soto Grado se hizo el sueco en otra acción que podía haber supuesto el empate.
Tras una incursión por la banda izquierda saldada con un centro de Rioja, Salva Sevilla agarró con claridad de la camiseta a Escalante impidiéndole rematar. El pivote argentino protestó la acción con vehemencia pero ni Soto Grado ni el VAR intervinieron para hacer justicia.
Para rematar su mala actuación, Soto Grado también perdonó la expulsión a Muriqi en el minuto 85. Tras haber forzado la amarilla para cumplir ciclo y perderse el próximo duelo liguero ante el Barcelona, el fornido delantero kosovar dio un codazo alevoso a Pina en un duelo aéreo, pero este quedó sin sanción pese a la protesta de casi todos los futbolistas albiazules.
Claro que los errores arbitrales no justificaron por sí solos una nueva derrota del Alavés que prácticamente le deja con pie y medio en Segunda División. La ternura defensiva de Lejeune en el segundo gol del Mallorca dejó al equipo contra las cuerdas de cara a la segunda mitad. Muriqi tuvo tiempo para controlar el balón de espaldas a la portería, darse la vuelta sin ninguna oposición, orientarse el balón hacia su lado izquierdo y soltar un misil que no pudo ser atajado por Pacheco.
El titánico esfuerzo del Alavés para remontar tras el descanso resultó en balde. El equipo de Velázquez tiró de casta y orgullo para meter el miedo en el cuerpo al Mallorca, que tan solo se dedicó a embarrar el juego y defender como gato panza arriba. El gol en propia puerta de Raíllo brindó esperanzas en la recta final pero el Glorioso ni siquiera pudo rescatar un punto que, al menos, le podría haber dado algo más de vida en las últimas cinco jornadas. Pintan bastos y el abismo de la Segunda División ya está aquí.