Todos los comienzos son duros, con incertidumbres y situaciones imprevisibles, más si confluyen muchos elementos a la vez. Es lo que pasó ayer lunes con la ampliación de la ordenanza municipal de la OTA en los barrios limítrofes de la villa donde muchas de las máquinas donde obtener los tiques simplemente estaban apagadas o, aun estando activas, no se encontraban operativas para poder pagar el estacionamiento deseado.
Una situación de incertidumbre y falta de información que ayer lunes puso de los nervios a más de un conductor que, conocedor del nuevo escenario en el estacionamiento, ya acudía con sus monedas a pagar el aparcamiento.
Muchos usuarios no sabían qué hacer en caso de que la máquina no estuviera operativa porque, sobre todo, "lo que no quiero es que me multen", comentaba a DEIA esta mañana Victoria, una asidua del barrio que varias veces a la semana viene con su coche hasta La Peña para atender a su madre y que ayer lunes no pudo pagar su tique. De hecho, tomo una foto con su móvil de la leyenda que aparecía en la pantalla "como prueba y por si acaso", dijo.
A pesar de la incertidumbre puntual calificó la medida de "fantástica". Comentó que "nunca había visto tantas plazas libres y ya era hora de que pusieran la OTA". Consideró que "no me importa pagar un euro pero tener seguro que puedes aparcar es muy importante".
Lo mismo referían Milagros Vázquez y su hija, Sheila Flores, que se habían acercado a otra máquina expendedora "para comprobar que la matrícula de nuestro coche como residentes está metida en el sistema", explicó la joven. Desafortunadamente no pudieron constatarlo ya que la máquina no ofrecía esta opción a media mañana de ayer lunes cerca del parque de Ibaieder.
Milagros, vecina de toda la vida de La Peña, a pesar de este contratiempo puntual, mostró su apoyo a la expansión "porque esto era una vergüenza siempre lleno de coches todo los días y hasta los fines de semana con muchos camiones y furgonetas que creían que el barrio era su parking privado hasta el lunes". Por su parte, su hija dejaba patente su satisfacción con una frase redonda haciendo un gesto abierto con el brazo hacia la zona con parcelas vacías "Esto da gusto verlo, es una gozada".
Nuevas zonas de OTA en Bilbao
Los transportistas que operan a pie de calle también se ven afectados por las pinturas verdes en el asfalto y eso que ellos cuentan con zonas de carga y descarga habilitadas para realizar su trabajo. "Lo que ocurre es que casi siempre están ocupadas por coches particulares", argumentaba Egoitz a bordo de su furgoneta de Cafés Brasilia estacionada en arteria principal de La Peña, en la calle Zamakola.
Cree que la ampliación de la OTA "va a venir bien al barrio" pero muchos conductores "van a aparcar más en la zonas de carga y descarga porque lo hacen para una gestión de quince minutos o media hora y así no corren el riesgo que le sancionen por la OTA".
Otra cosa es que pase un coche patrulla de la Policía Municipal y le multen por estacionamiento indebido en zona prohibida solo reservada para los transportistas. Egoitz, que trabaja dos veces por semana en La Peña, esperaba que no multaran a los repartidores y que el tráfico mejorara sobre todo al desaparecer algunas dobles filas.
Las que sí presentaban un considerable lleno eran las áreas de largo estacionamiento. Con un indicativo en el asfalto donde se lee Sector L Gune se han habilitado 388 estacionamientos acotados específicamente, en concreto 218 en el barrio de Elorrieta, 105 en Deusto, cerca de San Felicísimo, y otras 65 en La Peña.
Aparcar en estas plazas supone un coste de 2,40 euros por toda la mañana o por toda la tarde, una temporalidad que viene muy bien para los conductores visitantes sobre todo si se tiene en cuenta de que si se aparca en un emplazamiento normal el coste puede ascender hasta los 13,30 euros.