El Baskonia logró la victoria por la mínima en su primer partido de la pretemporada contra el Napoli, en un duelo en el que debutaron seis de los fichajes de este verano y que dejó claroscuros propios de estas alturas de la fase de preparación, en la que los equipos todavía están muy verdes. El Napoli de la Serie A, inferior en cuanto a plantilla y presupuesto, plantó batalla y puso en aprietos a un Baskonia cuyo objetivo ahora es lograr que sus nuevas piezas encajen.
Dusko Ivanovic apostó de inicio por un quinteto formado por Granger, Kurucs, Giedraitis, Sedekerskis y Nnoko, mezclando juventud y experiencia. En los primeros compases, el base uruguayo se encargó de llevar el timón y Nnoko, el fichaje que mejores sensaciones dejó ayer, anotó los ocho primeros puntos azulgranas de forma consecutiva, logrando la primera ventaja para los gasteiztarras. El imponente pívot camerunés demostró un buen juego de pies en los posteos y capacidad para jugar el pick & roll con Granger, formando una pareja que puede resultar muy fructífera a lo largo de este curso. Claro que habrá que esperar a que Nnoko se mida a un pívot de mayor nivel y con similares cualidades físicas para saber si este rendimiento es real o solo fruto de una defensa débil. A partir de esos primeros ocho tantos, la superioridad técnica y física de los hombres de Dusko Ivanovic se hizo notar y la brecha en el marcador fue ampliándose con el paso de los minutos.
Giedraitis y Peters, dos de las pocas piezas que continúan respecto a la pasada temporada, se encargaron con 11 puntos cada uno de asumir galones en la primera parte, demostrando mucha fiabilidad desde el lanzamiento exterior. Rich, con algunos destellos de calidad en jugadas individuales, y Elegar, aprovechando los desajustes defensivos de un Baskonia todavía verde en cuanto a comunicación y cordinación, se encargaron de mantener a flote al Napoli, que llegó al descanso con una desventaja de 31-46.
Bajón en la segunda parte
Todo indicaba que el Baskonia lograría llevarse la victoria sin dificultades tras haber dominado con puño de hierro en la primera mitad, pero el guion cambió totalmente en la segunda. Ivanovic cambió el quinteto y alineó al que puede perfectamente ser el equipo titular esta campaña, formado por Baldwin IV, Giedraitis, Fontecchio, Peters y Nnoko. Sin embargo, la combinación no dio tan buen resultado como la de la primera mitad. Fontecchio, muy errático en el día de ayer y ofreciendo una versión distinta a la de los Juegos Olímpicos –ni siquiera consiguió anotar–, no logró entenderse con Giedraitis y el equipo comenzó a fallar desde el perímetro, lo que permitió que el Napoli se acercara peligrosamente. Al final del tercer cuarto el marcador era ya de 50-61 y, guiados por la inspiración de McDuffie y de Mayo, los italianos se crecieron y llegaron incluso a situarse por delante en el electrónico en el ecuador del último cuarto, 65-64, ante un Baskonia que hacía aguas en ambos lados de la cancha. Peters y Giedraitis intentaron poner tierra de por medio, pero el Napoli resistía a la reacción vitoriana.
Fue en ese momento cuando Baldwin, que había protagonizado una actuación muy discreta hasta entonces, se echó el equipo a la espalda y con dos excelentes jugadas individuales, al más puro estilo Henry la pasada campaña, logró anotar dos tiros libres y una espectacular canasta de media distancia para poner el 69-73 y sentenciar el partido. Finalmente, 70-75 en el marcador que permite a los alaveses disputar la final del Ciudad de Cagliari mañana a las 21.00 horas, contra el ganador del Dinamo de Sassari-Bayern.