Victoria en el último suspiro y dura crítica al material de Peña II

“Las pelotas se han quedado una barbaridad, como auténticas patatas. Es difícil dar espectáculo así”, reflexionó Jon Ander Peña este domingo al término de su primer partido del Campeonato de Parejas en Segura cuando se le acercaron los micrófonos de los medios. Un vistazo a los números: se registraron 735 pelotazos a buena en casi 80 minutos de juego. “Al final las seis pelotas del cestaño no andaban más de un cuadro y cuarto”, comentó disgustado el delantero de Tolosa.

A pesar de las manifestaciones, que podrían indicar lo contrario, Peña II y Jon Ander Albisu se llevaron el gato al agua en el descorche de su tercera oportunidad juntos tras las ediciones de 2021 (finalistas) y 2022. Fue ante unos trabajadores Iñaki Artola –más entonado que su homólogo– y Ander Imaz y por un apretado 19-22. Fue por apenas un suspiro, pero suman, que de eso va el tema. Y reaccionan a tiempo, que vale para la moral.

Lo cierto es que el frontón Baratze de Segura, que vivió un ambientazo, se encontró con un envite áspero, largo y duro, debatido a pleno pulmón por los cuatro manistas. Hubo peloteo, emoción a raudales, diez empates y alternativas, pero adoleció de un gran catálogo rematador.

Eso sí, Imaz y Albisu se enzarzaron en una trabajosa pugna. El zaguero de Ataun finalizó con una buena hoja de servicios: cinco tantos y seis errores. Sujetó a su delantero, quien, después de un notable Cuatro y Medio, le costó aterrizar en una modalidad muy distinta.

No le entra la pelota en la mano

Peña II criticó el material, aunque también juzgó con severidad su actuación a pesar del triunfo. No le entró la pelota en la mano; aun así, supo reponerse a las mejores prestaciones de Artola, el más prolífico y afilado de los cuatro pelotaris, con una versión compacta. No hubo arte y ensayo, mas el Parejas, en muchas ocasiones, no va de eso: lo importante es el camino, lo industrial, otro día en la oficina. En definitiva, sumar y sumar en cuatro meses de huida hacia delante. En resumen: sufrir, sufrir y sufrir a pesar del escenario.

Con problemas en el remate azul y un Albisu que inició siendo alfa y omega –dos tantos y dos errores en el descorche–, Artola asumió que era el momento de dar un paso al frente. El alegiarra tuvo de todo en su regreso al Parejas tras dos años de barbecho y demostró que está con hambre. Su primera parte es ilusionante. Imaz arribó, por su parte, con las dudas de mes y medio fuera de órbita por una lesión en la mano en la final del Masters. Disipó todas las dudas con una actuación meritoria. Los colorados dominaron 6-3 y 15-11, pero no cerraron.