El Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo tendrá la mayor representación parlamentaria en la próxima legislatura -136 escaños- pero no habrá mayoría absoluta -176 escaños- de ninguno de los dos bloques de fuerzas de ámbito estatal -PSOE-Sumar, con 153 escaños y PP-Vox, con 169- que se disputaban el liderazgo político y, pese a la polarización del voto, los partidos de ámbito territorial volverán a ser los jueces de la gobernabilidad en la próxima legislatura. Y eso será así aunque precisamente ellos -PNV, ERC y JxCat especialmente- hayan sufrido una merma en su propia representación por la percepción del voto útil concentrado en las candidaturas del PSOE y el PP.
Núñez Feijóo se aferró a la demanda de que le permitan gobernar al haber conseguido el Partido Popular situarse como primera fuerza política del Estado, aunque precise cuarenta votos de otras fuerzas para ganar la investidura.
Pedro Sánchez reivindicó a su vez la voz de la ciudadanía al afirmar que el bloque involucionista que pretendía derogar toda su acción de gobierno “ha fracasado”, entre gritos de “no pasarán” frente a Ferraz.
Fallaron las encuestas
El voto depositado en las urnas desmintió las encuestas que pronosticaban un fracaso y un serio varapalo al PSOE y a Pedro Sánchez en su intención de revalidar un gobierno con el proyecto de Yolanda Díaz, Sumar. El voto polarizado dio ayer un impulso incuestionable al Partido Popular como alternativa de gobierno pero su ventaja en escaños y el cuasiempate técnico en votos con el PSOE -apenas un 1% de diferencia- convierte en pírrica su victoria. Al PP no le sirve para componer el gobierno en solitario que Núñez Feijóo reclamó a los votantes y tampoco tiene margen para dirigirse a otras fuerzas políticas en tanto la asociación con la ultraderecha, necesaria aritméticamente, crea un espacio que ningun otro partido está dispuesto a compartir.
Bloque de investidura Los resultados solo pueden explicarse atendiendo a la recuperación de la participación del electorado -casi 3,5 puntos más que en 2019- pese a la convocatoria en la cuesta abajo del mes de julio. La movilización del votante de izquierda ha resultado significativa y ha permitido recuperar al PSOE una representación suficiente -123 escaños- para tratar de reeditar la mayoría de su investidura en 2019, apoyándose a los partidos soberanistas catalanes y vascos.
De hecho, los mensajes de campaña de algunas fuerzas políticas permiten augurar que los siete escaños de EH Bildu -seis, uno más que en 2019- y BNG serán gratuitos para una eventual investidura de Sánchez, lo que sitúa el foco en los 7 de ERC -que sufre un castigo importante perdiendo 6- y otros tantos de JxCat -uno menos- y los 5 del PNV -uno menos-, lo que sitúa las agendas vasca y catalana sobre la mesa de negociación. Y todos ellos han anunciado que serán exigentes con ellas.
Gobernabilidad Los resultados de ayer ponen en evidencia que el techo de la ultraderecha de Vox ya se ha alcanzado. La absorción de voto útil del PP ha sido a costa de su socio más radical pero ha sido insuficiente, lo que deja a Nüñez Feijóo en la tesitura de decidir su futuro en tanto, a fecha de hoy, le compromete el mensaje de marcharse del liderazgo de su partido si no consigue gobernar, aunque su pretensión confesada sea intentarlo, lo que deja su propio liderazgo en juego.
El mismo fenómeno se ha producido en el bloque de voto de izquierda, donde Yolanda Díaz ha conseguido retener una fuerza significativa en torno a Sumar tras el desgaste y la fractura de Unidas Podemos. Sin embargo el PSOE ha consolidado su representación claramente a costa de su socio del último gobierno.
Catalunya y Euskadi
Los resultados de ayer en Catalunya y CAV fueron dos balones de oxígeno para Pedro Sánchez, al lograr imponer su discurso de voto útil a costa de las primeras fuerzas soberanistas de ambas comunidades ERC y PNV, que han protagonizado un préstamo de voto claro en esa dirección.
Los socios de EH Bildu en Catalunya sufren un mayor desgaste al ver mermada prácticamente a la mitad su dimensión en el Congreso y el PNV reduce en un escaño su representación, aunque ambos mantendrán grupo parlamentario propio.
Fuera de ese escenario central el resto de la periferia completará el hemiciclo de la mano de UPN, BNG y Coalición Canaria, con sendos escaños.