VÍDEO | El Taller Museo Santxotena de Artziniega acoge una muestra de más de 1.200 muñecas

El Taller Museo Santxotena de Artziniega sigue reinventándose para hacer más atractivo este singular espacio cultural, en el que se visitan los talleres con el propio escultor Xabier Santxotena. El Museo acoge la tercera edición de la exposición Despertar de una Nostalgia, comisariada por Teresa Lafragua, con más de 1.200 muñecas y muñecos de los cinco continentes, desde finales del siglo XIX hasta nuestros días, con gran diversidad de materiales y una cuidada puesta en escena. Una muestra para toda la familia, en la que los visitantes podrán volver a su niñez, sintiéndose identificados gracias al amplio abanico de muñecas y muñecos que se muestran.

El juguete más antiguo apareció en Egipto hace 2.100 años, aunque al principio no solo eran juguetes, sino también objetos divinos y religiosos. Estos evolucionaron con el tiempo hacia una especie de guía para ayudar a las niñas a aprender oficios y responsabilidades orientadas hacia la maternidad. Algo que ha prevalecido hasta hace bien poco tiempo, pero gracias a un cambio de pensamiento los niños también pueden jugar con muñecas y, de hecho, desde el museo señalan que "es aconsejable que lo hagan por sus importantes valores pedagógicos, en materia de imaginación, sociabilización o afectividad". En la exposición destaca la recreación de un cuarto de juguetes, en el que la muñeca Rosaura, un modelo de los años 80 del siglo XX, que era la muñeca más alta de aquella época (mide 92 centímetros), está planchando y haciendo de hermana mayor de otros muñecos, en un guiño a las familias numerosas de antaño. Una muñeca que también puede verse conduciendo un coche.

La evolución de las muñecas es un fiel reflejo de la evolución de la industria, los cambios sociales y de la moda. Como ejemplo de costumbres pasadas y bastante desconocidas en nuestros días, se muestra un bebé de cerámica, de apenas 5 centímetros, con faldón de bautismo y una bolsita de tela en la que se metían almendras, pues era el obsequio que las familias ricas regalaban a sus invitados en los bautizos en los años 30 del siglo XX.

Se exponen muñecas de muy diversos materiales, entre las que destacan las de porcelana, que se empezaron a producir en Alemania en el siglo XIX. A la porcelana siguió la baquelita, que constituyó una revolución en la industria, hasta la aparición del plástico. A partir de 1940 se comenzaron a fabricar en masa juguetes de plástico, volviéndose más asequibles para las familias de clase media.

A través de muñecas como la Linda Pirula (una muñeca delos años 50 con pelo natural hoy muy difícil de conseguir), las Barbies, Kens, Barriguitas, Baby Mocosete, Nancys, Repollos, Nenucos, Chochonas, Gestitos y un gran etcétera se puede ver la evolución de la moda. En la década de los 60 las prendas protagonistas son las minifaldas, las botas blancas y los vestidos babidoll, siguiendo a iconos como Jackie Kennedy o Catherine Denueve. En los 70 aparecen los pantalones acampanados y los abrigos de piel de oveja. Esta década dio lugar a una ecléctica mezcla de influencias que evolucionaron a lo largo de los años, hasta llegar los 80, en los que siguen de moda las minifaldas, los vestidos de brillo, los cinturones tamaño XL, los maillot, los tules o el denim, que se convirtió en el código de vestimenta por excelencia en todo el mundo.

El racismo también se observa en las muñecas, puesto que las muñecas de color son muy difíciles de encontrar.

Un museo por la igualdad

El Taller Museo Santxotena es un espacio sin barreras arquitectónicas y en el que todas sus esculturas tienen los rótulos en braille. Por ello, la Diputación Foral de Álava lo puso de ejemplo de turismo inclusivo en Fitur. En la entrega de los certificados del Código Ético del Gobierno Vasco a las empresas de Turismo de Euskadi 2023, presentaron al Taller Museo Santxotena por su labor en materia de igualdad.