Un grupo de 46 menores de Ucrania han llegado esta madrugada a la CAV y Navarra para disfrutar durante un mes acogidos en familias de la asociación Chernóbil Elkartea.
Este programa, como los últimos, está marcado por las consecuencias de la guerra. Lo que antes era un viaje en vuelo chárter desde Kiev a Loiu, se ha convertido en un periplo de más de tres días en autobús. Abandonaron el domingo sus hogares en la zona de Ivankiv, la más próxima en Ucrania a la región de Chernóbil. Tras atravesar Polonia, Alemania y Francia, un pinchazo en el autobús incluido y dos cumpleaños celebrados a bordo, han llegado a Euskadi a las 3:00 de la madrugada, con una primera parada en Irun y posteriores en Amorebieta y Pamplona.
Estos menores permanecerán en sus hogares de acogida hasta el próximo 18 de enero, una estancia que les alejará durante un mes de un país en guerra. Una situación que se une a la contaminación nuclear y las consecuencias socioeconómicas que padece su región desde hace décadas. "Rara es la familia que no tiene ya un familiar directo en el frente y la inflación hace cada día su vida más dura", señalan desde la asociación Chernóbil elkartea.
Aunque los hogares de estos menores suelen estar bien calefactados para combatir el frío ucraniano, que ya ha traído las primeras nevadas y temperaturas de hasta -8 ºC en los últimos días, desde la asociación temen que la ofensiva rusa vuelva a centrarse en dañar las infraestructuras de suministro durante las próximas semanas, "con las consecuencias que ello tiene en la población de un país que alcanza ya temperaturas bajo cero y presenta las primeras nevadas del invierno". Durante los primeros meses de la invasión, con la entrada de tropas rusas a través de Bielorrusia, sufrieron un corte total de comunicaciones y frecuentes cortes de electricidad.
Por ello, la asociación Chernobil elkartea ha elegido como lema para este año 'La guerra continúa en Ucrania: necesitan un respiro', porque estos menores "han nacido en familias y entornos marcados por la contaminación provocada por el accidente nuclear de Chernóbil y que ahora padecen la guerra".
Aunque algunos menores decidieron salir de Ucrania de forma permanente cuando se inició la invasión, para algunos este mes este es el descanso que necesitan para retomar fuerzas. En este contexto, la asociación agradece la generosidad de las familias de acogida que hace posible ese "respiro" abriendo altruistamente sus hogares a estos niños y niñas. Además, desde que estalló la guerra, la organización ha aumentado su actividad para poder compatibilizar los acogimientos de verano y Navidad con el envío de ayuda humanitaria y otras formas de ayudar a quienes permanecen en las aldeas cercanas a Chernóbil en este complicado contexto.
En total viajan 46, de los cuales 20 permanecerán en Gipuzkoa, 18 en Bizkaia, otros tres pasarán su estancia en Araba y cinco más estarán el próximo mes en Navarra.