A Txus Vidorreta le va bien en la vida. Es un triunfador nato. Siempre se ha dedicado a lo que le gusta este humilde y a la vez extraordinario entrenador de baloncesto, cuya extensa carrera le permite ser ya el quinto con más partidos en la Liga ACB. Y además de querido por todos por su absoluta entrega en todo cuanto tiene entre manos, ha logrado lo que no está alcance de cualquiera, que es ser profeta en su tierra. Maristas, Askartza, Caja Bilbao y Bilbao Basket, y La Casilla y el Bilbao Arena, son clubes y canchas que así lo atestiguan. Y también fuera del hogar, el 'centro centro' de su adorado Botxo. Lugares como La Palma, Alicante, Estudiantes, Valencia -donde ganó una Supercopa- y ahora, Tenerife, donde ya es también leyenda cumpliendo su sexta temporada y habiendo sumado ya dos Champions League y una Intercontinental. Consigue dejar su impronta en todo aquel club que ha dirigido, sabiendo sacarle el máximo jugo y situándolo donde corresponde en el mapamundi del basket.
Fue bronce olímpico con Sergio Scariolo en los Juegos de Río de Janeiro 2016 y nombrado mejor técnico ACB en 2017. Y por si fuera poco, además tiene a bien lucir su bilbainismo allá por donde anda, los cuatro puntos cardinales y los cinco continentes del planeta. Y su incondicional amor por los colores rojo y blanco. Por el Athletic.
Txus es embajador del Athletic con motivo de su 125 aniversario. "Un orgullo enorme, un privilegio y un honor" compartir tan destacado cargo junto a otras celebridades del mundo del deporte como Jon Rahm, Joane Somarriba, Marino Lejarreta y Jokin Altuna.
"De los 125 años de historia del Athletic solo he vivido 57, pero los he sentido muy cercanos al menos 54, desde que empecé a a asistir con aita a San Mamés", revela Vidorreta, confesando que sus dos primeros grandes ídolos en La Catedral eran el 1 y el 11, Iríbar y Txetxu Rojo.
El preparador de Indautxu destaca que "el Athletic lo ha sido todo en mi casa. Mi aita murió muy joven. Le dieron de alta de socio en el Athletic antes que en el registro, fue socio los 55 años que vivió, algo que queda en toda la familia en casi cien años de historia de mi familia". En su casa, los partidos, del equipo de sus amores "son religión".
Respecto a lo que el club rojiblanco representa lejos de Euskadi, con pleno conocimiento de causa debido a sus avatares profesionales, Vidorreta desvela en declaraciones al Athletic Club que "en todas las ciudades que he estado, Comunitat Valenciana, Madrid, por supuesto Canarias...hay una admiración enorme por el Athletic por los valores que defiende, por mantenerse fiel a una filosofía y por ser capaz de ser competitivo temporada tras temporada".