En ocasiones, el fútbol es muy cruel. Sobre todo, con aquellos equipos que no pasan por un buen momento y, al echar un vistazo a la clasificación, se ven inmersos en la temida zona roja. Lo curioso es que esa falta de piedad, al contrario que en otros ámbitos ajenos a lo deportivo, no se esconde. Sale a la luz y castiga una y otra vez a todos esos futbolistas que intentan revertir una mala dinámica, pero que, por mucho empeño que le pongan, se chocan repetidamente contra un muro invisible que les impide avanzar e, incluso, les hace parecer peores en lo suyo.
El Deportivo Alavés y, en especial, sus jugadores y Javi Calleja saben muy bien lo que es esto. Tras una salvación casi agónica el curso pasado, en el que el técnico madrileño rescató al conjunto babazorro cuando la mayoría ya lo daban por muerto, el inicio de esta temporada fue demoledor, pues, lo que parecía un proyecto renovado e ilusionante, acabó convirtiéndose en más de lo mismo después de cosechar siete derrotas en las primeras ocho jornadas.
Sin embargo, la insistencia y la confianza de la plantilla en darle la vuelta a la mala racha ha hecho que todo cambie en las últimas semanas. En la actualidad, el Glorioso es una escuadra que sabe cuáles son sus fortalezas e intenta aprovecharlas, pero que, al mismo tiempo, trata de mejorar en todos esos aspectos en los que es débil. Además –por si lo anterior no fuera suficiente–, ahora tiene de su lado esa pizca de fortuna necesaria para llevarse los partidos y que solo acompaña a los que navegan con el viento a favor.
Vuelta al marcador
Esto último, se vio claramente el pasado sábado en Mendizorroza. En una tarde en la que todo aparentaba desfavorable, porque al Alavés no le salía nada de lo planeado y los viejos fantasmas ya acechaban, los albiazules lograron darle la vuelta al marcador sin necesidad de ofrecer un fútbol superior al del Levante. Simplemente, los pupilos de Calleja fueron espectadores –y no protagonistas como en el comienzo de liga– de la tragedia que tuvieron que vivir los granotas, a los que, tras una actuación bastante seria, se les escaparon los tres puntos en dos acciones muy puntuales.
No obstante, lo anterior no resta mérito a la labor de los babazorros. Más bien, todo lo contrario. En realidad, observar cómo los equipos sufren para no ahogarse definitivamente en las posiciones de descenso lo único que hace es encumbrar aún más lo que ha conseguido el Glorioso en los últimos cuatro encuentros. Salir de ahí abajo no es tarea sencilla y, pese a que todavía faltan muchos aspectos por pulir, es inaudito no confiar en ese vestuario para cerrar una nueva permanencia.
Banquillo
Asimismo, las buenas dinámicas no solo provocan que la fortuna actúe a favor, también permiten que la gran mayoría de los jugadores estén concentrados y preparados para aportar. Inclusive, aquellos que no han podido disfrutar de los minutos que les gustaría. Un claro ejemplo de ello es Martín Aguirregabiria. El lateral gasteiztarra, bastante cuestionado el último verano, tuvo que ocupar contra el Levante el puesto de Ximo Navarro y, lejos de desentonar, fue uno de los mejores sobre el césped del Paseo de Cervantes.
Martín cumplió en tareas defensivas y, además, fue protagonista en ataque. En concreto, el vitoriano colgó al área granota los dos centros que decidieron el choque. El primero, provocó que De Frutos derribara a Rubén Duarte para que, desde los once metros, Joselu igualara el encuentro; y, el segundo, fue el que cabeceó inapelablemente el propio atacante gallego al fondo de las mallas.
En este sentido, la actuación del canterano es una buena muestra de que, si Calleja consigue aprovechar la inercia positiva del equipo y mete en dinámica a más futbolistas del grupo de los menos habituales, el objetivo estará mucho más cerca.
Clasificación
Tras la victoria (2-1) ante el Levante en Mendizorroza, el Deportivo Alavés sabía que no se marcharía al parón de selecciones en puestos de descenso. Sin embargo, lo que los albiazules no tenían claro es cuál sería la distancia sobre la zona roja después de haber sumado tres triunfos y un empate en los últimos cuatro partidos. Pues bien, una vez superada la decimotercera jornada –y con las tablas (2-2) entre el Mallorca y el Elche–, el 'Glorioso' ocupa el decimocuarto puesto de Primera División con 13 puntos y detrás tiene al Celta (12), el Cádiz (12), el Granada (11), el Elche (11), el Levante (6) y el Getafe (6), por lo que la ventaja es de dos.
El descenso se queda a dos puntos
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