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Tribuna de prensa, por Marco Rodrigo | Viento lateral: abanicos en la Liga

Tribuna de prensa
Viento lateral: abanicos en la Liga
Viento lateral: abanicos en la Liga

Los últimos repartos de billetes europeos abren una clara brecha entre el pelotón cabecero, Real incluida, y el resto de clubes

En la decisión más higiénica para mi mente que he tomado nunca, hace un tiempo aposté por abandonar cualquier grupo de WhatsApp que tuviera a la Real como temática. Si a esto le añado el uso correcto, puntual y comedido que (creo) hago de la red social Twitter, puedo concluir sin temor a equivocarme que al final de cada año le gano un montón de horas a la vida, días enteros incluso, disfrutando de otras cosas y huyendo de polémicas futboleras que se alejan de la esencia del juego. Toda regla, sin embargo, tiene su excepción, y la mía en este caso la encontramos en La Cucaracha, el chat que reúne a una plantilla de viejas glorias del Lengokoak, técnicos incluidos. Nuestro punto de encuentro recibe semejante nombre por una jugada ensayada que nunca estuvo ni cerca de salir sobre el campo, pese a la insistencia de un entrenador que 25 años después sigue con sus ocurrencias, ahora vía móvil. Nos habla de todo un poco, sobre todo de la Real, pero de este grupo no me he querido salir, porque tiene otra razón de ser y también porque me lo paso en grande.

el séptimo, a rebufo

El mítico míster de La Cucaracha mecánica trabaja en Bilbao. Recibe y reparte vaciles los lunes en la oficina, en función de los resultados del domingo. Así que tiene las cosas muy claras. Es txuri-urdin hasta la médula, pero sitúa un foco sobre el Athletic de forma permanente, hasta el punto de que anteayer reclamaba una derrota blanquiazul en La Cerámica para perjudicar a los vizcaínos. Luego vino el importante triunfo. Y él reaccionó a su manera, con un curioso símil txirrindulari. "En serio, se está produciendo un corte clarísimo en la Liga, como los de aquellos abanicos de la Once. Tenemos la oportunidad de dejar atrás al Athletic... ¿y les ponemos la rueda para que nos sigan?". Yo pienso que la Real debe asegurarse la mejor posición posible dentro del selecto grupo cabecero, sin importarle quién se ponga a rebufo. Nuestro famoso exentrenador, mientras, estimaba lo contrario el domingo. Opiniones al margen, una cosa resulta clara: la metáfora del abanico es buenísima. Y apunta a que se ha superado con éxito un momento clave.

el grupo cabecero

En 2020 la Real se clasificó para jugar en Europa junto a Real Madrid, Barcelona, Atlético, Sevilla, Villarreal y Granada. El año pasado, tuvo a los mismos compañeros de viaje, cambiando al propio Granada por el Betis. Y ahora, a expensas de lo que suceda en la última jornada, existen muchas opciones de que los siete últimos expedicionarios repitan billete. Entrar en los torneos continentales significa un premio. Lo es a nivel deportivo. Y también lo es a nivel económico, aportando ingresos que no dejan de resultar discutibles si miramos a la competición desde el punto de vista más puro. Al fin y al cabo, entregar dinero a quienes lo hacen bien puede ayudar a perpetuarles ahí arriba, propiciando que los buenos lo sean aún más e incrementando las diferencias. Dicho esto, a nuestro equipo txuri-urdin el abanico le ha cogido en la parte delantera del pelotón, cosa que toca celebrar. El viento lateral empezó a soplar hace dos temporadas, cuando la fase más aguda de la pandemia se hizo notar en las arcas de los clubes. Afortunadamente, aquel gol de Januzaj en el Wanda llevó a la Real a ganar posiciones en el gran grupo: pasaporte europeo en el mejor momento. Y hoy es el día en que todo ha saltado por los aires ya, con los blanquiazules manteniendo el tipo junto a los gallos.

Lo bueno y lo malo

Mientras trata de no verse encunetada por los gigantes de la Liga, la escuadra de Imanol mira hacia atrás y solo ve de cerca a otros dos ciclistas: uno viste de amarillo y el otro de rojiblanco. Más allá de ambos, el resto se encuentra lejos, a minutos, dibujándose un panorama positivo y también negativo. Es bueno por lo obvio, porque sitúa a la Real entre los mejores. Pero, más que malo, resulta peligroso porque eleva el listón de la exigencia, abriéndose la posibilidad de que perdamos la perspectiva. Por mucho abanico que valga, esto es fútbol profesional y aquí ganar cuesta un mundo, sea ante el rival que sea. Durante el camino que espera, nos toca acompañar al equipo en espíritu y también en actitud: siendo ambiciosos, críticos cuando toque y realistas de realidad, porque se está compitiendo en dos frentes muy distintos entre sí. La Liga es una cosa. Europa, otra bien diferente. En el continente, de hecho, nuestro pelotón se asemeja más a la grupeta de los esprinters descolgados. Desde el necesario deseo de mejorar, no olvidemos esto último.

justicia en vila-real

Ya habrá tiempo durante los próximos días-semanas de pasar revista a la temporada en su conjunto, de forma minuciosa. En apenas un parrafito, me queda espacio para subrayar que la Real, cifras y resultados al margen, ha demostrado este curso ser un equipo más hecho, más maduro, aún manteniendo unas señas de identidad que tienen a la valentía por bandera. El asterisco sobre lo que podía haber sido y no fue por culpa de la falta de acierto ante el gol siempre estará ahí. Incluso por encima de ello queda, sin embargo, la sensación de que el repertorio de herramientas tácticas que manejan ahora los txuri-urdin ha crecido sobremanera respecto a hace solo un año. Así, los siete últimos partidos han implicado la irrupción de un esquema, el 4-4-2 de medular en rombo, sin el que no se entiende el empujón final hacia Europa. Con el dibujo se han dado victorias, empates y derrotas, dentro de un rendimiento mucho más estable y regular de lo que dicen las cifras. Había servido para ganar a Elche y a Cádiz. Le hizo más justicia el triunfo del domingo en el campo de todo un Villarreal. 

2022-05-18T06:53:02+02:00
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