El excomisario José Villarejo ha pedido la recusación de los tres magistrados de la Audiencia Nacional que le juzgan por tres presuntos encargos de espionaje al entender que se ha producido una "pérdida sobrevenida de la debida imparcialidad judicial objetiva y subjetiva".
El incidente de recusación afecta a los magistrados Ángela Murillo, Carmen Paloma y Fermín Echarri, integrantes de la sección cuarta de la Sala de lo Penal.
Villarejo ya solicitó sin éxito anteriormente en dos ocasiones apartar a Fermín Echarri del juicio y, ahora, en este nuevo incidente, al que ha tenido acceso Efe, amplía la petición a las dos magistradas del tribunal. Esta vez el excomisario alude a lo ocurrido en la sesión del juicio oral celebrada el pasado 9 de junio para promover este incidente por la pérdida sobrevenida de la debida imparcialidad judicial.
Según explica, para denegar la práctica de una prueba interesada por la defensa, la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, anticipó su pronunciamiento sobre cuestiones que son el objeto de enjuiciamiento y que habían de resolverse en sentencia.
Se demuestra así, concluye el escrito de Villarejo, que ya se ha formado "una convicción sin ni siquiera haber terminado" la fase de práctica de la prueba.
Concretamente, la magistrada denegó la reproducción en la vista de una grabación atribuida a Villarejo que formaba parte de un informe policial de carácter incriminatorio al considerar que "conoce perfectamente lo que dicen esos vídeos porque los ha grabado él".
Es afirmación anticipa, en opinión del excomisario, el pronunciamiento de la sala sobre cuestiones como que se va a dar plena validez a las grabaciones y que se van a atribuir a Villarejo, descartando que pudiera ser hechas por ningún otro medio remoto o controladas por el Centro Nacional de Inteligencia, como mantiene la defensa.
Además cree que no va a considerarse la doble pérdida de la cadena de custodia en sede policial de los efectos intervenidos en los que hallaron tales grabaciones y que, en función de ellas, va a justificarse una condena de culpabilidad.