Entre el semblante serio y prudente de siempre, a Jonas Vingegaard se le abrió el acordeón de una sonrisa en el podio del Tour de Polonia, donde se vistió de amarillo. El color que anhelaba en la Grande Boucle regresó a su cuerpo enjuto después de la crono que seccionó la general. No venció el danés, superado por Tim Wellens, campeón de Bélgica de la modalidad, que concedió al UAE la victoria 64 del curso.
No crece la hierba al paso de la tropa que comanda Pogacar, de vacaciones tras su histórico doblete. La recolecta de la cosechadora árabe continúa su marcha imperial con otros ciclistas. Da lo mismo el quién. Su dominio es aplastante.
Wellens conquistó una contrarreloj de 15,4 kilómetros que se apelmazaba en el final de mirada torva y gesto hosco (3 kilómetros al 7%). Indigesto para la mayoría. Marcó con un registro de 23:59, nueve segundos menos que el danés, que comanda la prueba. Pello Bilbao se despidió de cualquier conato con las plazas de la aristocracia tras una contrarreloj dolorosa.
Thibau Nys, el líder que fue, celebró la rampa en la que venció la víspera haciendo un caballito. Se regaló un poco de diversión. No compitió en el recorrido, demasiado bronco para él. Lució el amarillo antes de que se lo arrancara Vingegaard, nuevamente segundo en una crono.
En la del cierre del Tour, en Niza, le aplastó Pogacar, el pantagruel del Tour, capaz de devorar media docena de etapas y masticar récords. En Karpacz, en el remate de una contrarreloj dura para una prueba de una semana, Wellens pudo con Vingegaard.
Una renta cómoda
La derrota no resultó traumatizante para el danés, que agarró el liderato y observa la carrera desde una cómoda atalaya. Sus rivales están a casi medio minuto. Kelderman, su compañero, es segundo y Ulissi, tercero. Una ventaja formidable para un ciclista del estatus de Vingegaard.
“Polonia, esa etapa y todo el Tour de Polonia siempre serán especiales para mí. Fue mi primera victoria profesional y fue inmediatamente en el World Tour”, dijo en una entrevista. Kościelisko es un punto de referencia en su biografía. En Polonia se sana Vingegaard. Nada como el liderato para recobrar el ánimo.
Lució el sol para el danés, que pegó un trago a la bebida de los campeones, feliz por sentir el cálido amarillo sobre su piel traslúcida. Su primer amarillo tras la escalofriante caída de la Itzulia. Hasta entonces coleccionaba el amarillo de O Gran Camiño y el azul de la Tirreno-Adriático, sus dos coronas. Después llegó el fundido a negro. La corona de espinas.
La maldita curva del descenso de Olaeta. Reconstruido con celeridad para el Tour del Renacimiento, Vingegaard tuvo que plegarse ante el gigante Pogacar, despiadado. Sin la sombra del esloveno, en Polonia, donde bautizó su primera victoria en el profesionalismo, se reencontró consigo mismo. A Vingegaard le sienta bien Polonia.
En el Tour de Limousin el liderato es para Orluis Aurlar, el velocista del Caja Rural. El venezolano se impuso al esprint en la primera etapa de la carrera francesa.
Tour de Polonia
Segunda etapa
1. Tim Wellens (UAE) 23:59
2. Jonas Vingegaard (Visma) a 9’’
3. Felix Grossschartner (UAE) a 15’’
General
1. Jonas Vingegaard (Visma) 4h01:27
2. Wilco Kelderman (Visma) a 24’’
3. Diego Ulissi (UAE) a 25’’