La plaza en honor a la memoria de Luis Mariano, cantante imprescindible para comprender la música popular del pasado siglo, una voz prodigiosa que nació en Irun y se apagó en París, pondrá en marcha este lunes el reloj de la Itzulia del centenario.
La carrera vasca se entiende a través de la biografía del tenor guipuzcoano. Luis Mariano era apenas un niño de 10 años cuando amaneció la primera edición de la Itzulia, por entonces Gran Premio Excelsior, en 1924.
Eran las primeras huellas del que fuera conocido como el Rey de la opereta. La voz de Luis Mariano emigró a Francia con el estallido de la Guerra Civil a través de Baiona. El alzamiento franquista y el horror que le siguió también exiliaron la carrera, que tuvo que recogerse en la miseria de la posguerra y durante gran parte de una dictadura atroz. Fundido a negro.
La Itzulia no regresó a las arterias de Euskal Herria hasta 1968. Para entonces, Luis Mariano, una gran estrella, se estaba apagando. Enfermo, falleció dos años después en París.
Jean Gabin, un destacado actor francés, dijo sobre él: “Hay artistas a quienes se admira y otros a quienes se ama. Luis Mariano pertenecía a las dos categorías”. La admiración y el amor confluyen en la Itzulia, que de algún modo sigue el rastro que dejó Luis Mariano a través de sus melodías, que cosieron Hegoalde e Iparralde.
La Itzulia que amanece en Irun y finalizará el sábado en Eibar, mira con descaro a París, la ciudad que simboliza el sol del ciclismo, el Tour. En la gran cita vasca se reúnen, salvo Tadej Pogacar, todos los candidatos que sueñan con los Campos Elíseos de París, aunque este año la Grande Boucle cerrará el telón del espectáculo en Niza debido a la coincidencia de los Juegos Olímpicos de París.
Lluvia de estrellas
El Tour de casa es una maqueta a escala de lo que aguarda en julio. El firmamento de Euskal Herria se llenará de estrellas. Sobresalen Jonas Vingegaard, bicampeón del Tour y vencedor de la pasada edición de la carrera vasca; Primoz Roglic, vencedor del Giro, tres veces de la Vuelta y dos de la Itzulia (2018 y 2021); Remco Evenepoel, excampeón del Mundo; Ion Izagirre, ganador de la Itzulia en 2019; Mikel Landa, segundo en 2023, y Pello Bilbao, un competidor excelso que busca posarse en el podio. Ellos darán realce a una cita en la que también estarán Juan Ayuso, McNulty e Isaac del Toro. Carlos Rodríguez y Thomas Pidcok son otros aspirantes al título, al igual que Gaudu.
“Los favoritos son Vingegaard, Evenepoel y Roglic. Creo que el danés, el actual campeón de la Itzulia, es el más fuerte. Está por encima de todos”, disecciona Pello Bilbao, que aspira a estar “en la pelea por el podio y a ganar una etapa. Llego bien, eso espero. Después de la París-Niza las sensaciones no han sido las mejores, pero poco a poco estoy recuperando la frescura”.
Ion Izagirre, campeón de la carrera vasca, también se fija en el triángulo formado por el danés, el esloveno y el belga como los principales opositores al triunfo. “Los grandes favoritos son Vingegaard, Evenepoel y Roglic. También están Landa y Pello. Creo que habrá muchos corredores tratando de ganar y con opciones. Aunque cada vez es más difícil, mi idea es estar en el podio e igualar el resultado del año pasado”, expone el de Ormaiztegi, que llega con esperanza tras su cuarto puesto en el G. P. Miguel Indurain.
Ni un final en alto
La Itzulia, la primavera vasca, que totaliza 833,6 kilómetros (22 puertos de montaña puntuables: 4 de 1ª categoría, 5 de 2ª categoría y 13 de 3ª categoría), se pondrá en marcha con el horario de verano en una contrarreloj de 10 kilómetros por el callejero de Irun, donde esperan unas rampas duras y algunas diferencias. Tras el test contra el crono, la carrera servirá de puente para atravesar la muga. La Itzulia como hilo conductor.
Esperan las jornadas de Irun-Kanbo, Ezpeleta-Altsasu, Etxarri-Aranatz-Legutio, Gasteiz-Amorebieta y el cierre de fiesta de Eibar. La Itzulia contará un recorrido clásico, donde además de la conexión epidérmica con Iparralde emerge Urkiola, cima venerada por la afición vasca. La Itzulia, conceden Ion Izagirre y Pello Bilbao, se resolverá entre las diferencias de la crono inaugural y la traca final del dentudo perfil de la jornada motañosa de Eibar.
Etapas clave
“Las jornadas clave serán la crono del comienzo en Irun y el final en Eibar, que ya es un clásico”, dice el de Gernika. “La etapa final de Eibar, que es dura, seguro que hace que explote la carrera. El primer y el último día de competición serán los decisivos a priori”, subraya el de Ormaiztegi.
“ ”
En su centenario, que cuenta 63 ediciones disputadas, la Itzulia propone un trazado prudente, moderado, de aspecto circunspecto. La agresividad deberá partir de la ambición de los competidores, cada vez más descarados y valientes.
“Particularmente, a mí me gustaría que en el recorrido hubiera un final en Arrate o al menos una meta que acabara en alto. Eso sí lo echo en falta”, se sincera Ion Izagirre.
“Es una carrera bastante conservadora después de unos últimos años donde se ha arriesgado más con el recorrido, buscando carreteras estrechas, subidas novedosas, trazados más técnicos y puertos encadenadas”, destaca Pello Bilbao.
“ Es una carrera bastante conservadora después de unos últimos años donde se ha arriesgado más con el recorrido, buscando carreteras estrechas, subidas novedosas, trazados más técnicos y puertos encadenados" ”
Pello Bilbao - Ciclista del Bahrain
En ese escenario, las bonificaciones podrían jugar un papel relevante. Habrá bonificaciones en meta (10”, 6”, 4”) y en los esprints intermedios (3”, 2”, 1”) en un trazado donde se impone la cautela. “Hasta el último día no habrá etapas decisivas, aunque pueden conseguirse diferencias pequeñas a través de bonificaciones. Me da que será una carrera en la que lleguen pequeños grupos a meta”, calcula Pello Bilbao sobre una carrera que se dispara en Irun y finalizará en Eibar seis días después para resolver una incógnita en la Itzulia de los 100 años. Vingegaard o el centenariazo.