Al asalto de los cielos se encaminan Jonas Vingegaard (10 de diciembre de 1996, Hillerslev, Dinamarca) y Tadej Pogacar (21 de septiembre de 1998, Klanec, Komenda, Eslovenia), la misma moneda de oro y distintas caras, en el presente curso, donde han elevado aún más el tono de su duelo. Ciclistas magníficos, competidores voraces, extraordinarios, han dibujado el 2024 repleto de pasión y retos himalayescos.
Destinados a la esgrima en Francia, en el Tour que sale de Florencia y amainará el oleaje en la Costa Azul, en Niza, final de la carrera por la disputa de los Juegos Olímpicos en París, el danés y el esloveno no sólo pugnarán por la igualdad que les une en el Tour, bicampeones ambos.
Pogacar reinó en el hexágono en 2020 y 2021 y Vingegaard recolectó los laureles en 2022 y 2023. Los dos señalan la tierra prometida francesa, pero su enfoque no sólo arraigará en la mejor carrera del mundo.
Tour y Giro
Pogacar acompañará su búsqueda del tercer entorchado del Tour con el Giro de Italia. La organización de la Corsa rosa ha diseñado un recorrido sin el mordiente clásico y es un reclamo excelente para el esloveno. La llamada desde Italia, que ha afeitado parte de su cresta y lasa aristas de las moles que salvaguardan su leyenda, ha surtido efecto y Pogacar desea escalar a lo más alto del Giro.
Desde Marco Pantani, en 1998, nadie ha sido capaz de colorearse de rosa y de pintarse de amarillo en el mismo curso. Fausto Coppi completó la gesta en dos ocasiones. Jacques Anquetil, una; Eddy Merckx, tres; una Stephen Roche, y Bernard Hinault, dos, las mismas que Miguel Indurain. Pantani es el último de esa lista.
“No quiero pensar en el doblete, no, sólo quiero pensar ahora en ganar el Giro, después ya veremos”, diserta Pogacar, que tratará de tejer dos victorias que no muchos han festejado en la historia del ciclismo.
Del final del Giro hasta el inicio del Tour, Pogacar dispondrá de 33 días para recuperar los esfuerzos de una grande para alistarse a otra. Considera el esloveno que dispone de tiempo más que suficiente para rearmarse.
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“Físicamente me siento preparado hasta para correr las tres grandes el mismo año, como hizo Kuss, pero no sé si resistiría mentalmente estar tantos días seguidos concentrado al 100%”, concede el esloveno.
El factor mental, la capacidad de soportar dos grandes de manera consecutiva absolutamente concentrado, es, según Pogacar, el elemento diferencial en su desafío por alcanzar otro hito en su historial de éxitos.
Aligerar el calendario
Para soldar Italia con Francia, Pogacar ha despejado el calendario. Antes del Giro, el esloveno aliviará el almanaque de carreras. Comenzará el curso en la Strade Bianche, el 2 de marzo, y a continuación, antes de Giro, se presentará en la Tirreno-Adriático, Milán-San Remo, Volta a Catalunya y Lieja-Bastoña-Lieja.
“Tengo 25 años, ya no soy tan joven como para no poder intentar correr dos carreras de tres semanas el mismo año”, expone. Entre el Giro y el Tour habrá una semana extra para el barbecho. El Giro concluye el 26 de mayo. La carrera francesa iza su enseña el 29 de junio.
Tour y Vuelta
En Florencia, donde el Tour elevará el mentón, se espera al actual rey de Francia, Vingegaard. Vencedor de las dos últimas ediciones de la carrera francesa, el danés buscará el doble con la Vuelta. El pasado curso no estuvo muy lejos de doblar gloria, pero en la prueba española se impuso su compañero Sepp Kuss en una decisión que se tomó desde el gobierno del Jumbo.
En la presente campaña, Vingegaard peleará por lograr su tercer título en el Tour. Otra vez enfrentado a Pogacar, salvo sorpresa. En su camino hacia el Tour, Vingegaard abrirá la temporada en O Gran Camiño (22 a 25 de febrero). El pasado curso arrasó en Galicia.
Después disputará la Tirreno-Adriático en marzo, en Italia, y buscará repetir victoria en la Itzulia (1 a 6 de abril). El Dauphiné (2 a 9 de junio) y el Tour (29 de junio a 21 de julio) anclarán al danés en Francia durante 31 días. En agosto, Vingegaard regresará a la Vuelta, que saldrá de Lisboa el 17 y finalizará en Madrid el 8 de septiembre.
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“Quiero saber si puedo tener el mismo nivel en el Tour que en la Vuelta”, argumento Vingegaard en la presentación del equipo, que deja el Jumbo para llamarse Visma Lease a Bike.
“Lo que conocimos en 2023 no vale porque empecé la Vuelta enfermo, así que antes de pasar a otro desafío debo saber exactamente cuál es mi tope”. Los franceses Jacques Anquetil (1963) y Bernard Hinault (1978) sumaron ambas carreras en su palmarés cuando la Vuelta se disputada entre abril y mayo.
Chris Froome logró unir el Tour y la Vuelta en 2017. El intento de hacerse con su tercer Tour y descerrajar por vez primera la Vuelta fijan los raíles para el curso del danés. Una campaña en la que Pogacar y Vingegaard miran aún más arriba si cabe. Disparados de ambición, el cielo es el límite.