En el último y breve paso por Primera antes de la 'era Arrasate' hubo un entrenador casi tan efímero como polémico fue Joaquín Caparrós. En el poco tiempo que estuvo dejó alguna frase mítica. Una fue que esto de jugar contra los grandes es como "ir al dentista". Bueno pues a Osasuna le ha tocado en el último mes revisión profunda de la boca y lo ha afrontado bien, aunque le ha tocado sufrir, como a todos. Hay que reconocer que desde que está el de Berriatua, estos Tourmalets son más agradables que cuando estaba el de Utrera, que casi se iba al dentista cada semana.
Osasuna se plantó en el Wanda con una idea menos conservadora que en otras visitas al dentista. Con la alternativa sacada de la manga de Arrasate de Juan Cruz como (excelso) central y con dos delanteros. Los rojillos controlaron a un Atlético que está en medio de las típicas crisis de un mes que pasa el equipo de Simeone todas las temporadas. Es posible que Osasuna oliera sangre pero no terminó de morder por unas cosas u otras.
Eso llevó a una segunda parte lógica. Un equipo grande, en casa, herido por sus malos resultados iba a achuchar. Osasuna se puso el traje de supervivencia, como ya ha hecho otras veces, como en el Bernabéu. Y ojo, que apuntaba que rascaba un punto. El 20, el que haría el 50% de los necesarios para la salvación.
Pero Osasuna cometió un error. Uno. Y Felipe pudo dar la voltereta esa de celebración que no la hacía desde el siglo pasado. Cuando te pones en esa situación, puede ocurrir. Una pena que fuera en un corner, con una salida en falso de Sergio, en vez de que con una genialidad de Griezmann, Suárez o alguno de esos. Tal vez habría escocido menos.
Pero lo importante es que ya se ha acabado el dentista. En unas semanas tocará visitar al 'jardinero', que es el Barcelona de Xavi, pero ahora toca volver a la vida normal, esa en la que la semana siguiente llega el Elche y los rojillos tienen la necesidad de sumar más que por puntos, por recobrar sensaciones.
Que la visita al dentista haya servido para quitarse algún dolor o alguna caries escondida y ahora los rojillos salgan con mejor salud. Que todo se acaba, hasta las visitas al dentista