Vitoria-Gasteiz encara la recta final de las fiestas de La Blanca, pero todavía quedan muchos actos festivos antes de la despedida de Celedón. El balance en la ciudad es muy positivo, con oriundos y visitantes llenando las calles y participando masivamente en prácticamente todas las propuestas.
Hosteleros y comerciantes, muy satisfechos
Agosto es un buen mes en Vitoria, la época con mayor volumen de turismo del año, y eso se nota en bares y comercios. Mikel, de Regalos Guereñu, lo resume así: "Estamos contentos, por ahora todo va muy bien". Todos los productos relacionados con las fiestas están entre los más vendidos, con mención especial a Celedón y la temática Eguzkilore. Los pañuelos de fiestas han experimentado un boom, "parece que la gente no encontraba los de hace tres años", bromea Mikel, aunque el podio lo forman tres clásicos imbatibles: el dedal, el vaso de chupito y el imán de nevera. Para la hostelería también está siendo un buen mes. Carlos, del Mallory Café, sólo lamenta: "A la semana le ha faltado que hubiera hecho mejor tiempo el día 5". Sin solución de continuidad, en cuanto terminen las fiestas debe empaparse del decreto de medidas de eficiencia energética que entran en vigor esta próxima medianoche, aunque ya avanza: "Estar a más de 27 grados en un bar es una barbaridad, las máquinas desprenden calor y se nota bastante".
Blusas y neskas,
Ganas de fiesta todavía quedan, aunque en muchos casos la voz ya no acompañe. Es el caso de Sergio González, presidente de la Comisión de Blusas y Neskas, que bromea: "Estos dos años parados han parecido tres o cuatro, estábamos desentrenados y la vuelta al trabajo se nos ha hecho dura". Destaca que el balance es "muy positivo" y que no se han producido incidentes graves.
Los últimos compases
El volumen de actos no decae en esta última jornada de fiestas de Vitoria-Gasteiz, con propuestas para todas las edades, como el encierro infantil en la plaza de la Virgen Blanca, la degustación de pintxos Eusko Label y los conciertos de Zetak, Herenegun y Dupla en las txosnas. Celedón se despedirá a la una de la madrugada cuando, paraguas en mano, volverá a sobrevolar la plaza de la Virgen Blanca de vuelta a la torre de la iglesia de San Miguel.