Ahorran tiempo, pero, sobre todo, mucho sufrimiento para los menores víctimas de violencia sexual, ya que en estos momentos cuando cuentan a su profesor este tipo de abusos, "se inicia un proceso de incertidumbre y malestar que dura tres años". Es por ello que el Gobierno Vasco se ha propuesto virar al modelo Barnahus, una casa que proporciona "una atención integral" a estos niñas, niños y adolescentes, y que aúna en un mismo techo a diferentes profesionales especializados en este tipo de atención, que trabajan coordinados.
Así lo ha anunciado a primera hora de este viernes la consejera de Políticas Sociales, Beatriz Artozalabal, en una jornada en el museo Artium de Vitoria, que lleva el título de Euskadi hacia el modelo Barnahus: atención a niñas, niños y adolescentes víctimas de abuso sexual.
Lo ha hecho acompañada de la viceconsejera del Departamento, Lide Amilibia y otros invitados de excepción, como Iñaki Subijana, presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV), Charo Arranz, directora de Save The Children Euskadi, Ignacio Arruabarrena, doctor en Psicología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y hasta el mismo fundador del modelo Barnahus, Baragi Gudbrandsson.
La primera de muchas casas
Este modelo lo empezará, en concreto, en Vitoria, "que será el primer municipio de Euskadi, escenario de un programa piloto que será un paso adelante para gestionar y prevenir la violencia sexual de menores", la misma que, como ha dicho, se estima que sufren uno de cada cinco menores vascos.
"Si todo sale bien, esperamos que esta Barnahus de Vitoria esté funcionando para el próximo verano. Tras ello, la intención es crear una red de Barnahus en Euskadi con dos centros en Bizkaia y otros dos en Gipuzkoa, además del de Álava. Gracias a Barnahus, la infancia y adolescencia afectada podrá proporcionar un testimonio detallado y completo de lo que ha vivido. Con este nuevo paso, Euskadi se asentará entre las sociedades más avanzadas en este tipo de protección al menor, siguiendo las recomendaciones de Naciones Unidas y del Consejo de Europa", ha subrayado Artolazabal.
Búsqueda de edificios
El Departamento de Políticas Sociales está buscando en estos momentos un emplazamiento 'amable' en una zona alejada de comisarías y juzgados para la atención integral a la víctima en un mismo espacio.
Como ha argumentado, Álava es el territorio vasco elegido para empezar esta experiencia porque casi el 80 por ciento de su población vive en Vitoria, "así que la barnahus será accesible para la mayoría de sus habitantes" o porque los dos hospitales de referencia (Txagorritxu y Santiago están en la capital), entre otras razones.
Particularidad de este modelo
La particularidad de este modelo, que nació en 1980 en Alabama (Estados Unidos) y que en 1998 se extendió a Islandia (de ahí su nombre), es que todo ello se hace en un entorno amigable, al actuar como una unidad centralizada, en la que psicólogos, trabajadores sociales, médicos, policías y jueces trabajan todos coordinados, bajo un mismo techo. De esta manera, se logra reducir el número de personas a las que se cuenta el testimonio, pasando de ocho, como actualmente sucede, a cuatro.
Y como el testimonio de lo vivido, "detallado y completo" se graba en una sala de entrevistas ante un espejo, por lo que no tiene que ver al resto de profesionales que hay detrás, puede constituir una prueba preconstituida que si el tribunal así lo considera, ahorra al menor el trago de declarar en un juicio. No en vano, como han detallado en este acto, si esta prueba no está bien hecha, se dilatada en el tiempo el proceso o se sobreseen los casos.
Primera reunión en diciembre
Teniendo en cuenta que coordinar todo esto no es fácil, el Gobierno Vasco ya ha dado los primeros pasos con la constitución de un grupo técnico de trabajo interinstitucional e interdepartamental en materia de abusos sexuales con los diferentes sistemas que intervienes en estos casos: Justicia, Seguridad, Salud, Servicios Sociales, Educación... Además, para el apoyo técnico se dispone de la colaboración de Save the Children.
Este grupo de trabajo tendrá su primera reunión en diciembre y, entre sus objetivos estarán adaptar el modelo a la realidad competencial de Euskadi y otro, elaborar protocolos de actuación entre los diferentes sistemas que actúan.
En cuanto a las cifras aportadas por la consejera, "hoy, en Euskadi, puede haber entre 2.000 y 4.000 jóvenes de 18 años que han sufrido algún tipo de violencia sexual a lo largo de su vida", ha informado.
En esta línea, y según datos de los servicios forales de los tres territorios, en 2018 se registraron alrededor de 90 notificaciones; mientras que en los juzgados vascos fueron condenados 151 personas adultas por delitos sexuales contra menores de 16 años. Ese mismo año, la Ertzaintza y las policías locales registraron 276 delitos sexuales contra menores de 16 años.
Suecia
En la actualidad, Suecia es el país de Europa que más casas de niños de este estilo reúne, con más de 30, siendo la de Estocolmo la más grande, al atender a unos mil casos por año. Pero ONGs, como Save The Children, están a favor de que se extiendan a muchos más porque la creación de estos hogares ahorraría el proceso judicial "largo y doloroso" de sus víctimas logrando, en consecuencia, que sufran menos.
En Euskadi, por ejemplo, hay más de 600 puntos de entrada que pueden atender posibles casos de violencia sexual infantil, además, el niño o niña tiene que pasar por hasta ocho servicios diferentes que no están coordinados en espacios desconocidos para ellos, dificultando su recuperación y generando una victimización secundaria.
Según ha denunciado la directora de Save The Children en Euskadi, eso no solo dificulta su recuperación, sino que además es perjudicial para el proceso judicial ya que no se cuida su testimonio y se genera un daño adicional al menor, generando una victimización secundaria. El resultado: 7 de cada 10 casos abiertos por abuso sexual infantil no llegan a juicio por falta de pruebas.
"Es imprescindible coordinar la actuación de todo estos equipos, profesionales, servicios y sistemas. El esfuerzo ha de implicarlos a todos ellos y ser constante. Las iniciativas parciales o inestables no serán eficaces. Hay que asegurar una respuesta coherente, ágil y adecuada del conjunto del sistema", ha destacado Arranz.
Islandia y Cataluña
Hasta ahora, las barnahus han conseguido un exitoso balance en Islandia, "hemos triplicado el número de condenas", ha resaltado el fundador de este modelo y miembro del Comité de Derechos del Niño de las Naciones Unidas: "Al crear un ambiente amable para los niños, estamos transmitiendo el mensaje de que su voz realmente importa, ese es realmente el núcleo del modelo Barnahus, escuchar al niño. Está alineado con la Convención sobre los Derechos del Niño, porque uno de los derechos fundamentales que tiene el niño es expresar su opinión".
Tarragona así también lo ha avalado con la casa que abrió en junio de 2020, al haber conseguido triplicar también el número de casos notificados, "no quiere decir que haya más casos, sino que hay una única puerta de entrada que facilita el acceso", ha matizado, por su parte, Arranz, que ha añadido que la Generalitat, dado este éxito, ha anunciado que implantará otras 13 barnahus en Cataluña.