En estos 14 días de invasión hemos visto el horror de la guerra muy de cerca y junto a esto vamos conociendo diferentes historias de solidaridad que hacen que nos reconciliemos un poco con el mundo. Euskadi se está volcando con Ucrania y con los refugiados, más de dos millones ya que está dejando esta invasión. Hoy les acercamos dos de estas historias.
Paco: "Me va a costar mucho olvidar lo vivido"
Paco es transportista y espera llegar mañana a Gasteiz después de estos dos días de viaje a Polonia. Cuando comenzó la invasión no dudó en lanzarse a la carretera para ayudar en lo posible. "Tomando café con mi jefe le dije que quería hacer algo. Me dijo que podríamos llenar el camión de material y el sábado preparamos todo para salir el lunes", nos cuenta. "Hemos descargado en dos sitios el material. Primero la comida y luego ropa de abrigo", señala.
No va a ser fácil que olvide lo que ha vivido en la frontera. "Son imágenes impactantes. Ves a niños asustados sin saber dónde están sus padres, mujeres con sus hijos que han dejado a sus maridos atrás. Son imágenes muy duras. No es lo mismo verlo en la tele o escucharlo en la radio que verlo en directo. Vuelvo tocado", reconoce.
Afirma que en Polonia está todo muy bien organizado. "El volunatariado nos recibió con un café y nos ayudaron a descargar los camiones y recuerda emocionado la reacción de los refugiados que estaban en los campos habilitados. "Cuando abrimos el camión venían los refugiados a darnos besos, darnos abrazos….me va a costar mucho olvidar lo vivido", subraya.
Valen: "Hemos podido encontrar a Katya"
Valen sigue en la frontera pero con el objetivo inicial del viaje cumplido. Con él y con su mujer viaja Katya, una niña que lleva viniendo diez años a su casa. Pero no solo ella, Valen volverá con con otras dos mujeres y sus hijos que llegan a través de una ONG de Santander. "Nos pasaron el contacto de estas chicas que no conocíamos y hemos sincronizado la llegada. Las chicas van a Santander con esta ONG que se hace cargo de ellas", relata.
"Hemos llevado mucha comida, latas, pañales, compresas, productos de higiene y parte de la ropa la hemos entregado a amigos de Galdakao", afirma Valen que nos ha contado el frío "tremendo" que hace en la frontera.
"Están destrozados", asegura y nos cuenta que la madre de Katya no ha venido a Euskadi porque tiene en Ucrania a su hijo y a su marido en Kiev.