Llodio – Al este del barrio de Isusi y junto al camino que conecta este pequeño núcleo rural de Llodio con la cercana localidad de Arrankudiaga, se encuentra el calero de Mintegieta. Un antiguo horno para la elaboración de cal de modelo francés que estuvo en uso, aproximadamente, hasta 1950 por parte de su anterior propietario, Lázaro Eskuza, y que la pasada primavera recuperó todo su antiguo esplendor, tras la rehabilitación integral a la que le sometió el Ayuntamiento, convirtiéndose así en un nuevo reclamo turístico para el ya de por sí interesante entorno de Ermualde. Con todo, su alrededor permanecía lleno de maleza que, desde el pasado 5 de julio, está siendo retirada por el grupo de 17 jóvenes, de entre 18 y 26 años y procedentes de muy diferentes puntos del Estado, que integran la primera tanda del campo de voluntariado juvenil que alberga, por primera vez, este municipio alavés.
Los trabajos –que finalizarán este domingo, aunque un segundo grupo les tomará el relevo del 19 de julio al 2 de agosto– se están centrando en recuperar el legado patrimonial en el entorno del santuario de Santa María del Yermo, a donde ayer a la mañana se trasladó la consejera de Justicia, Igualdad y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, para dar la bienvenida y las gracias a los voluntarios, así como el inicio oficial a una nueva edición del programa Auzolandegiak del Gobierno Vasco, después de que el año pasado no pudiese llevarse a cabo, a consecuencia de la pandemia.
De hecho, el objetivo de esta iniciativa es comprometer de forma voluntaria y desinteresada a los jóvenes en el desarrollo de un trabajo de proyección social, combinado con actividades complementarias a lo largo de dos semanas, por lo que Artolazabal –que estuvo acompañada en su visita por el alcalde de Llodio, Ander Añibarro, y por la directora de Juventud del Gobierno Vasco, Agurtzane Llano– quiso subrayar los valores de "solidaridad, compromiso, responsabilidad, tolerancia, diversidad en la convivencia o multiculturalidad", que se están potenciando con el programa; al tiempo que se dirigió al grupo de jóvenes haciendo hincapié en que "frente a la culpabilización de la juventud, apostamos por subrayar el compromiso y la responsabilidad de la inmensa mayoría de nuestros chicos". No obstante, también apeló a su "responsabilidad", porque "salir de fiesta no está reñido con seguir siendo responsable", esgrimió.
En lo que se refiere a Auzolandegiak, la consejera puso en valor el trabajo de recuperación del patrimonio cultural de este programa. "En este precioso rincón de Laudio potenciamos también la recuperación de nuestro patrimonio cultural e identitario, al tiempo que nuestra memoria histórica en torno a los vestigios del Cinturón de Hierro", señaló. Y es que el campo de voluntariado juvenil de Llodio se enmarca en el proyecto de modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del municipio y del Plan Especial de Protección y Conservación del conjunto monumental de Santa María del Yermo y la ermita de Santa Lucía. De esta manera, se están recuperando varios elementos arquitectónicos menores del entorno del santuario como son el ya citado calero de Mintegieta y otros caleros, un nevero de montaña y la estructura del denominado Cinturón de Hierro de Bilbao, además de sendas señalizadas.
Entorno a proteger No en vano, las sucesivas campañas de investigación arqueológica llevadas a cabo en esta zona, en los últimos años, han puesto sobre la mesa la importancia de Ermualde como recurso didáctico y turístico, y un entorno con riqueza patrimonial y naturaleza a valorar y proteger, pues en él se puede recorrer la historia desde la romanización al siglo XX, pasando por la Edad Media y sus guerras de banderizos, las Guerras Carlistas y hasta la Guerra Civil. De aquí que el Ayuntamiento esté dedicando parte de sus esfuerzos a ponerlo en valor, con la rehabilitación del ya citado calero de Mintegieta y la de la antigua casa cural –desde junio del año pasado, convertida en el restaurante Kumeak– o con la habilitación de un parking para coches y autobuses, cuya primera fase, tras una inversión de 76.000 euros, culminó el pasado mayo, entre otras.
En este sentido, el trabajo voluntario de estos jóvenes supone un añadido más al proyecto de empoderamiento de Ermualde y, no es de extrañar, que el propio alcalde del lugar quisiera subir en persona a agradecérselo, junto a las representantes del Gobierno Vasco. En el grupo hay chicos de Sevilla, Murcia, Barcelona, Teruel o Huesca, uno de ellos con síndrome de Down, así como dos jóvenes gasteiztarras, y, su sentir generalizado –según confesaron ayer a los medios– es de "contento", "nos gusta la zona y es de agradecer este clima", admitieron, sobre todo, los procedentes del Sur. Eso sí, "la comida que nos están trayendo es horrible y los colchones un poco duros, pero esta siendo una experiencia gratificante", coincidieron en señalar.
Ésta se les terminará este domingo, y el lunes se incorporará un segundo grupo, hasta el 2 de agosto, para el que todavía quedan plazas disponibles. Las personas interesadas pueden encontrar más información y formalizar la inscripción en: https://www.gazteaukera.euskadi.eus/auzolandegiak/inicio/. Además de este auzolandegia, Euskadi cuenta con otros cuatro campos de voluntariado ubicados en Sopuerta, Maeztu y Gaubea. A lo largo de 15 días, las personas participantes realizan actividades huyendo del ocio convencional de una forma creativa y cooperativa. Además, tienen la posibilidad de conocer zonas rurales fuera de las rutas tradicionales y de vivir un enriquecedor intercambio cultural.
Una cifra
17
Jóvenes. Son los que están trabajando en el entorno de Ermualde, junto a Santa María del Yermo.