El día en que la Vuelta femenina giró a favor de Demi Vollering, en la subida a Rapitán, a Marianne Vos se le vieron las costuras. Se agrietó en la ascensión y se le cayó la máscara. Al descubierto. En esa jornada, teñida por la mueca de la derrota, floreció la sonrisa de Vollering, que se visitó de rojo y continúa con ese maillot, hecho a medida.
En Sigüenza, en un final exigente, en un esprint en cuesta entre las mejores, Marianne Vos, la ciclista infinita, eterna a sus 36 años, recuperó el brío y se anotó su segunda victoria de etapa en la carrera.
La 253 de su palmarés. La neerlandesa, tres veces campeona del Mundo, es un museo de logros y trofeos. Una victoria andante. Una ciclista hiperbólica. Exagerado su currículo de éxitos.
Vollering aún está lejos de los registros siderales de Vos, pero se encuentra más próxima de coronarse en la Vuelta femenina que da carpetazo este domingo en las alturas de Madrid.
La líder, siempre presente, sin perder detalle, tachó otro día sin apuros. Apenas le resta un chasquido para concretar su dominio por las azoteas de la carrera.
A diferencia del final en La Laguna Negra, su equipo, –que no será el del próximo año porque la neerlandesa cambia de aires, le dejó sola en una táctica extraña– esta vez acompañó a Vollering hasta la rampa definitiva.
Vos, dominante
El problema para la líder fue que inició el despegue desde muy atrás, hundida entre la foresta de maillots que deshojaban el baile de la victoria. A su remontada, como la de una salmón corriente arriba, le faltó impulso y una mejor colocación. Eso le condenó. Nada que ver con Vos, que gestionó de maravilla el asalto a Sigüenza. La neerlandesa gana de memoria, lo tiene impregnado en sus entrañas.
Su victoria tuvo algo de la coreografía de las saltadoras de altura; con los pasos necesarios, medidos, la métrica exacta, la determinación intacta y la fuerza para elevarse sobre el listón y sobre sus rivales. Nadie se le aproximó. Venció con contundencia. Kristen Faulkner y Elisa Longo Borghini sucumbieron frente a la potencia de Vos, inapelable su esprint.
Final montañoso
La italiana, que rastrea a Vollering en la general, le sisó cuatro segundos de bonificación a la líder, que aún mantiene un colchón cómodo para descansar antes de embocar su dominio en Madrid. La neerlandesa aventaja en 52 segundos a Longo Borghini y en 1:14 a Riejanne Markus a la espera del cierre montañoso de la Vuelta femenina.
Las ascensiones a la Morcuera (13 kilómetros al 6,4 % de desnivel) y el remate sobre la cima de Cotos (12 kilómetros al 4,9%) elegirán a la campeona de la carrera. A Vollering le espera el trono de la Vuelta femenina. De Madrid, al cielo.