El Comité Ejecutivo Nacional de Vox ratificó anoche la decisión anticipada 24 horas antes por su presidente, Santiago Abascal, de romper los acuerdos de gobierno y dejar en minoría a los ejecutivos de las seis autonomías que lidera el PP gracias a los votos del partido de ultraderecha. Vox abandonará los gobiernos de Aragón, Castilla y León, Extremadura, Murcia y Valencia, además de anunciar su paso a la oposición también en Baleares, de cuyo gobierno no formaba parte pero que contaba con su apoyo externo.
Envueltos en la retórica habitual que caracteriza su argumentario y señalando a Alberto Núñez Feijóo como responsable de su decisión por los acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez sobre justicia e inmigración, los motivos explicados por Abascal fueron los ya anticipados por él mismo cuando anunció la decisión que ya había adoptado antes de reunir a su Ejecutiva. Lo hizo el mismo miércoles, inmediatamente después de que el PP aceptara participar en la acogida de 347 menores migrantes de los miles que permanecen hacinados en Canarias y Ceuta.
La de ayer fue una reunión más larga de lo previsto a juzgar por el retraso de más de hora y media sobre el horario anunciado para comunicar sus conclusiones. A lo largo del día, fuentes periodísticas de la capital del Estado especulaban que más allá de la aceptación pública de la decisión unilateral de su líder, había entre los responsables territoriales opiniones poco proclives a abandonar los cargos públicos.
La decisión de Vox se traducirá de inmediato en la dimisión de los titulares de la docena de carteras autonómicas que ostentaba, entre ellas las correspondientes a cuatro vicepresidencias, algunos de los cuales ya habían despejado su agenda para el día de hoy anticipando la conclusión adoptada. Ninguno de los presidentes autonómicos del PP afectados por la decisión contemplaba ayer públicamente poner fin a sus respectivas legislaturas.
El PP espera seguir gobernando
Durante toda la jornada, los Gobiernos autonómicos del PP afectados por la ruptura trataban de proyectar tranquilidad pese a la expectativa de quedarse en minoría. El presidente valenciano, el popular Carlos Manzón, reivindicaba el liderazgo de su partido horas antes de la reunión de la Ejecutiva de Vox. “Tenemos una visión, tenemos un proyecto que es para todo el mundo y lo vamos a poner en marcha y vamos a seguir contando con todo el mundo, en cualquier caso, con todos los grupos parlamentarios, en cualquier caso.”
Ya desde primera hora, Alberto Núñez Feijóo insistía en los pasillos del Congreso en que “lo que me preocupa es ser coherente con lo que uno piensa”. Cuando las fuentes autorizadas del partido argumentaban ayer su posición hacían una aproximación menos cualitativa que su líder al afirmar el número de menores admitidos no es tan abultado “como para echar por tierra la estabilidad parlamentaria de las comunidades que gobernamos”, según valoraron a Europa Press.