Como no podía ser de otra forma, la única representante de la ultraderecha en la Cámara de Gasteiz, Amaia Martínez, desplegó un discurso de oposición bronca y anticonstructiva, e insistió en dibujar un panorama catastrófico en Euskadi. Así, Vox vendió como única receta a todos los problemas avanzar hacia una mayor dependencia del Estado español y renunciar al autogobierno.
“Este es un Gobierno vasco que se basa en grandes dosis de propaganda pero tiene una carencia de gestión. Pone en práctica fórmulas basadas en simples placebos en lugar de aplicar los tratamientos de choque necesarios. El Gobierno de Urkullu vive en una realidad paralela carente de sensibilidad y empatía hacia los ciudadanos y solamente ofrece parches para problemáticas que necesitan soluciones estructurales”, argumentó la representante de Vox.
En esa misma línea de brocha gorda, Martínez acusó al PNV de haber “tratado de construir una imagen de buen gestor que ha calado en la población vasca y le da éxito electoral” entre los ciudadanos: “Presumen de modelo vasco de gestión como modelo a imitar, pero es un modelo exclusivo y quimérico; es un ejercicio de márketing político”.
En materia fiscal, la parlamentaria ultra expresó que “los vascos no necesitamos propinas”, sino una reforma del sistema de impuestos “de calado y que garantice el crecimiento económico”.
Respecto a los servicios públicos, Amaia Martínez habló de “decadencia” del sistema de Salud: “En Osakidetza cualquier tiempo pasado fue mejor, hay una pérdida de posiciones de liderazgo y ha pasado de ser la joya de la corona a convertirse en un via crucis”.
Por útimo, aseguró que la futura Ley de Educación “supone la imposición del modelo público y la eliminación” del sistema concertado. “El modelo de gestión del PNV lo podemos definir como el timo de la estampita”, concluyó.