Durante los 24 años de su fabricación el Renault 5 fue uno de los iconos de las las carreteras españolas. Este utilitario que empezó a rodar en 1972 siguiendo la estela del éxito del Mini de coche pequeño, alegre y brioso era una creación del diseñador Michel Boué, y fue un boom de ventas en España y en Europa. En 1985 dejó de fabricarse en España, pero en algunos países aguantó hasta 1995.
La marca del rombo quiere reeditar ahora el éxito de este exponente de una generación y puesta por el nuevo R-5 como uno de los coches del segmento eléctrico más accesible para el gran público.
Está ultimando los detalles de este nuevo superventas, con las pruebas finales y puesta a punto del último prototipo en Lardy, cerca de París, para sacarlo al mercado en 2024 con la intención de ser uno de los pequeños eléctricos con más aceptación por parte de los conductores.
Y para competir y hacerse un hueco en el mercado de los coches eléctricos low cost, donde ahora tiene muy bien posicionado al Dacia eléctrico.
Las primeras filtraciones a los medios especializados en el mundo del motor señalan que será un vehículo con tracción delantera, se venderá con dos niveles de potencia, 109 y 136 CV, y con dos baterías, de 42 y 52 kWh, compuestas por celdas NCM (níquel, cobalto y manganeso).
En principio, las autonomías medias oficiales, en ciclo WLTP, rondaría los 400 kilómetros, más que suficientes para un vehículo de carácter urbano, si bien todavía no se sabe con certeza qué potencia máxima podrá cargarse.
Medio siglo después, Renault quiere emular el éxito del modelo eléctrico Zoe, apostando por un coche con varias versiones, baterías y motores pero cuya alternativa más asequible se se enmarque en el entorno de los 22.000-23.000 euros para popularizar el modelo y convertirlo en un éxito de ventas.
Pero el motor del Renault 5 eléctrico será 20 kilos más ligero que el de Zoe eléctrico y será más agradable de conducir y más dinámico que su predecesor.
Para los más exigentes y con mejores bolsillos, habrá versiones y extras que subirán de precio pero que dejarán satisfechos a los fanáticos de este modelo.
Pero no queda ahí la apuesta vintage de la marca francesa ya que también prepara para el próximo año el Alpine A290, prototipo de un coche eléctrico que comparte muchos elementos con el futuro Renault 5 eléctrico que llegará en 2024. En este caso es eléctrico compacto de cariz más deportivo que su hermano.
Está basado también en la plataforma CMF-B EV de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi, hablamos de un coche de 4,05 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,48 metros de alto y una imagen más impactante y deportiva, aunque incorpora varios elementos a la versión del nuevo R-5. La potencia de su brioso motor sería de 215 CV y la autonomía rondaría los 400 kilómetros.
Como se ve, la apuesta de la multinacional que dirige Luca de Meo por la electrificación de su flota avanza a pasos agigantados aplicando las últimas tecnologías pero con guiños a su pasado más glorioso en el que ha cosechado grandes éxitos. El veredicto, en 2024.