Hace casi cuarenta años que Kelsey Grammer se metió por primera vez en la piel del doctor Frasier Crane. Fue en 1984 en la mítica serie Cheers y, aunque empezó como un personaje secundario, aquel psiquiatra amante del arte y del lujo se ganó el cariño del público de tal manera que consiguió tener su propio spin-off. En septiembre de 1993 la NBC estrenó el primer capítulo de Frasier, considerada por muchos como una de las mejores sitcoms de la historia de la televisión.
La historia del doctor Crane duró en antena once años, un total de 264 capítulos. Y hasta la llegada de Juego de tronos, tenía el récord de ser la serie con mayor número de premios Emmy de la historia: 37 en total. Tal fue su éxito que veinte años después de su final, Frasier ha resucitado por una tercera temporada que ya puede verse al completo en la plataforma Skyshowtime.
“Al margen de que era muy divertida y con personajes entrañables, estaba el hecho de que asumíamos que el público era inteligente, más de lo que suelen considerar en la mayoría de los shows televisivos”, afirmó Kelsey Grammer en una entrevista con la agencia Efe sobre el éxito de la serie. El actor visitó esta semana Madrid para promocionar el regreso de la ficción que le convirtió en toda una celebridad y mostró su entusiasmo por volver a interpretar al psiquiatra. “Volver fue muy fácil, nada difícil. Este personaje forma parte de mi memoria muscular. Frasier vive dentro de mí, siempre lo ha hecho, así que fue como ponerme una vieja chaqueta”, dijo en un encuentro con Europa Press.
De Frasier y Freddy
En esta nueva temporada Frasier Crane regresa a Boston para tratar acercarse a su hijo, Freddy, al que da vida Jack Cutmore-Scott y del que lleva años distanciado. “Siempre hemos pensado, desde el primer instante en que decidimos hacerlo, que esta iba a ser una serie sobre Frasier y Freddy, sobre cómo dos hombres adultos distanciados que vuelven a reunirse”, explicaba Grammer.
Pese a todo, en esta nueva tanda de capítulos Crane seguirá siendo un personaje optimista, sarcástico y esnob, aunque esto último, un poco menos. “Es más amable y se toma a sí mismo menos en serio, pero sigue teniendo un gran aprecio por las cosas materiales”, defendía el actor.
Grammer cree que a día de hoy sigue habiendo “hambre” de series como Frasier y de historias que quieran “ir más lejos” en términos de su valor. Y en ese sentido aseguraba a que la ficción creada por David Lee “fue una serie única” en su forma de entender el humor: “Cheers, también lo fue, pese a que era más distendida. Pero Frasier siempre conectó con el público y siempre fue elevada. Y creo que tal vez la gente no lo sepa, pero probablemente necesitan ese tipo de humor ahora más que nunca”.