Vuelve un cometa que hasta ahora solo habían visto los neandertales

Algo tiene el cielo nocturno que fascina a los humanos desde el principio de los tiempos. Da igual la civilización o la época histórica. Esas estrellas que brillan sobre nuestras cabezas, lo meteoritos que lo cruzan velozmente, la propia Luna y sus fases tienen la cualidad de atraer nuestra atención y hacer que dibujemos formas uniendo puntos y creando constelaciones.

Hace 50.000 años, algún neandertal o algún Homo sapiens que estuviera observando el cielo quizá podría haberse fijado en un lejano punto que antes no estaba ahí y que con el paso de las noches se hacía más grande, de un color distinto al de las estrellas y que acabó desapareciendo. Fue el último en contemplar un cometa que ha tardado todo este tiempo en volver a ser visto desde la Tierra hasta el pasado 2 de marzo de 2022, cuando los astrónomos Bryce Bolin y Franck Masci lo localizaron con los telescopios de la Instalación Transitoria Zwicky del Instituto de Tecnología de California (EEUU). Lo bautizaron como el nombre C/2022 E3 ZTF y se encontraba 640 millones de km de distancia.

Imagen del cometa C/2022 E3 ZTF obtenida el 11 de enero, horas antes de su mayor aproximación al Sol, por el Proyecto Telescopio Virtual 2.0 Gianlucca Massi/The Virtual Telescope Project 2.0

Tras analizar su recorrido de aproximación calcularon que su viaje alrededor del Sol hasta volver a acercarse al planeta Tierra ha durado 50.000 años. El 12 de enero alcanzó su perihelio, su mayor aproximación al Sol, siendo visible a simple vista como una bola brillante de la que sale una cola de polvo amarillenta dejando un rastro, en forma de coma, llamada cabellera, de tono verdoso brillante.

En principio el mejor momento para verlo será dos semanas después, la noche del 1 al 2 de febrero, cuando este cometa verde llegue al punto de su recorrido más cercano a la Tierra, a su perigeo, a solo 42 millones de kilómetros de distancia. Se encontrara sobre la constelación de la Jirafa o Camelopardalis. Pero ocurre que el 5 de febrero será luna llena y esos primeros días del mes el brillo de este satélite puede dificultar su visión. Por ello quizá sea mejor salir a verlo a partir del 21 de enero, cuando la oscuridad de la luna nueva hace más fácil avistar cuerpos celestes.

A simple vista, y siempre que las condiciones meteorológicas no lo impidan, se podrá ver mirando hacia el noroeste del cielo nocturno, hacia la constelación de la Corona Boreal, por donde entrara en el horizonte estelar de la Tierra. En su recorrido pasará entre la Osa Mayor y la Osa Menor, pasar salir por Tauro a mediados de febrero.

Lo que sí recomiendan los expertos es salir a lugares donde la oscuridad del cielo nocturno sea grande. Alejarse lo más posible de lugares con una alta contaminación lumínica que interfiera la búsqueda del cometa C/2022 E3 ZTF. Las mejores horas será las previas al amanecer. Para verlo con más de detalle bastarán unos prismáticos