LES ha costado casi dos décadas, pero Willis Drummond es ya uno de los grupos de rock más importantes de Euskadi. Los de Iparralde harán mañana sábado el estreno oficial de su séptimo disco de estudio, Hala ere, en el Kafe Antzokia, a las 22.00 horas. Hoy viernes, el mismo escenario acogerá un recital de los rockeros La Fuga, que llegan a Bizkaia con formación renovada.
Aunque la pandemia quebró la exitosa gira internacional de Willis Drummond, el grupo aprovechó sus posteriores recitales acústicos en salas y teatros para incorporar a Vincent Bestaven, conocido como Botibol y con experiencia en proyectos como Petti Fantome y Arthur Satan.
De nuevo como cuarteto y de regreso a la electricidad, el grupo acaba de publicar su 7º disco de estudio, Hala ere, grabado en Shorebreaker, el estudio de Johannes Buff, el hermano de Félix, batería de la banda, que también ha actuado como productor de un álbum con nueve canciones “grabadas en directo, sin metrónomo” ni instrumentos adicionales, tratando de trasladar la energía de sus directos.
Álbum repleto de “influencias de los 90, grabado como en los 70, pero, sin embargo, con un sonido actual”, según la banda, es un muestrario de las influencias habituales del grupo aunque en este caso más abierto a sonidos más pop y accesibles. El repertorio fluctúa entre el sonido heredero del grunge de Stockholmen o el rugoso y eléctrico final de Mandarina al rock de melodía accesible de Gauzak, la perezosa y mutante en velocidad Western smile, los aires blues de Har eta bota o la ferocidad del rock punk de las antípodas reflejado en Makina bat.
La banda alterna “algunas letras personales” con otras de honda carga crítica pero alejadas de lo panfletario. Miran a su alrededor, tuercen el gesto y proponen aprovechar “este vacío y el caos” para regenerarnos.