No ha comenzado según lo establecido el plan del viaje del Bilbao Basket a Salónica, ya que el avión que le desplaza desde Loiu no ha estado operativo a la hora inicialmente prevista. "Llegarán a las nueve de la noche, y esto, en el este, es de noche, noche. Es una historia pero ningún problema". Con este ánimo ha llegado este mediodía Xabier Aja a los estudios de ONDA VASCA informando del retraso para salir de la capital vizcaína. Y es que aquello que no empieza bien, no siempre tiene que acabar mal.
Ya en el plano meramente deportivo, el analista bilbaíno constata que el marcador para este choque de vuelta, tras el 72-65 de la ida del miércoles pasado en Miribilla, es "justito, pero como es una final, es justito para todos, y los nervios se van a notar muchísimo en un ambiente espectacular. El Palataki no es el campo más grande de Grecia, pero, con 9.000, la mitad de ellos sin camiseta, será clave aguantar la presión". Algo que está al alcance de la mano de los Hombres de Negro, porque "ya ganó por la mínima allí el Cholet francés en la semifinal. PAOK es vencible" pero va a ser determinante "que jueguen con el mismo coraje que en casa. Desgraciadamente no lo saca tanto a pasear".
Para este decisivo duelo entre el visceral Cancellieri y el cerebral y contenido Ponsarnau también va a resultar muy relevante que los helenos "tienen un rebote muy importante, y si va a tanteo bajo, puede ser la diferencia, porque es muy desmoralizante que te cojan más rebotes". Además, el estado anímico también va a tener su peso en esta gran final de la FIBA Europe Cup. Aja espera "que no les entren los nervios, porque es una ventaja justo para empezar a jugar" frente a un adversario que demostró en el Bilbao Arena disponer de "más atleticismo", y para compensarlo, "nuestros americanos han de dar un paso adelante. Abdur-Rahkman hizo siete puntos en la ida y Jones dos. Nueve puntos son muy pocos y tengo esperanza en Cazalon, que sí puede ayudar ante Henderson y Bartley".
En conclusión, Aja insiste, en 'La Movida Deportiva' con José Manuel Monje, en que "lo más importante es no pensar en la renta de siete puntos. La renta no existe. Hay que pensar en ganar el partido y pelear cada balón. Es un partido de dureza mental y de echarle coraje, porque, estando muy igualados, donde no llegas con el talento, llegas con el coraje y el deseo", y añade lo que significaría para la institución en plena celebración de sus bodas de plata. "En estos momentos, para que cuadren sus cuentas, para la ilusión de la sociedad, para los patrocinadores y hasta para que los jugadores vengan, se le quiere dar un impulso fundamental. Sería mirar hacia arriba con medio millón más en salarios".