Era una especie de cuestión personal. Posiblemente una obsesión. De ahí que durante buena parte de la temporada pasada Marcelino García Toral hiciera hincapié en ello. No obstante, ni con Gaizka Garitano ni desde la llegada del técnico asturiano al banquillo rojiblanco a principios del mes de enero fue capaz el Athletic de enlazar dos victorias consecutivas en liga. Así, claro está, aspirar a grandes logros en el campeonato de la regularidad resulta una misión imposible. Pero en este comienzo de campaña, Marcelino parece empeñado en romper con ese irregular caminar del equipo en las últimas temporadas. Por lo pronto, ya ha conseguido poner fin a esa mala racha. En el cuarto encuentro del curso y un año largo después, el Athletic ya sabe lo que es enlazar dos triunfos en liga.
Había que remontarse hasta el 1 de julio de 2020, a la temporada que el coronavirus partió en dos, para dar con un logro, que durante mucho tiempo pudo incluso considerarse como una gesta, similar. Entonces, el equipo bilbaino encadenó sendos triunfos ante el Mallorca, curiosamente su rival de anoche, y el Valencia. Una mini racha que le dio algo de aire y le hizo mantener la fe en alcanzar posiciones europeas, un sueño que se diluyó unos pocos días después. Cosas del fútbol.
Han cambiado muchas cosas en el Athletic desde entonces aunque solo haya pasado un año. La principal y más importante es la llegada de Marcelino, que tras un verano intenso de trabajo, en el que ha podido hacer y deshacer a su antojo, parece estar dando con la tecla. El equipo crece desde la defensa, donde los errores individuales y colectivos parecen cosa del pasado. Falló Dani García frente al Barcelona, sí, pero a tenor del rendimiento posterior del equipo puede considerarse como una mera anécdota.
Invicto en el arranque de la temporada, con dos victorias y dos empates, uno de ellos ante el Barça, la mejor noticia de este Athletic es que se le intuye mucho margen de mejora, especialmente en lo que a la parcela ofensiva se refiere. Con Sancet lesionado, Berenguer lejos de su mejor nivel y un Muniain muy intermitente, los leones fueron capaces de generar ante el Mallorca un puñado de buenas ocasiones. Suficientes como para haberse ido al descanso con ventaja. Pero la puntería no parece el fuerte de este equipo. No al menos de momento.
Los cambios introducidos por Marcelino, que pasada la hora de juego dio entrada a Villalibre, Nico Williams y Zarraga del tirón, cambiaron la cara de un equipo que sufrió en el primer cuarto de hora de la segunda mitad. Necesitaba chispa y velocidad el Athletic, justo lo que encontró en el menor de los Williams y en un intenso y participativo Villalibre. En un abrir y cerrar de ojos llegaron los dos tantos que sentenciaron el partido y permitieron a los rojiblancos vivir un tranquilísimo final de encuentro.
líderes
El triunfo por 2-0 ante el conjunto bermellón hizo dormir al Athletic en lo más alto de la clasificación. No se trata más que de una simple anécdota, pero seguro que el despertar de muchos aficionados que, por cierto, de nuevo más de un millar de ellos no acudieron a las gradas pese a haber sido agraciados con una localidad, habrá sido dulce. Salvo milagro, el conjunto rojiblanco perderá hoy su condición de líder de Primera División, pero que les quiten lo bailado. Como a Vivian, que se estrenó como goleador en una noche para el recuerdo.
Iñaki Williams
300
El delantero bilbaino disputó anoche su partido 300 con la camiseta del Athletic, lo que le convierte en el octavo jugador más joven en alcanzar tal cifra en la historia del club y en el segundo que menos tiempo ha necesitado desde su debut. Celebró tal logro marcando el gol que sentenció el partido. Fue su segundo tanto de la temporada.