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Supercopa: ¿Y por qué no otra vez?

Marcelino da sus primeras instrucciones al inicio del entrenamiento de los rojiblancos
Marcelino da sus primeras instrucciones al inicio del entrenamiento de los rojiblancos

 Doce meses atrás el Athletic afrontó la pasada Supercopa vestido de corderito. Había motivos para ello. Pocos días antes del inicio de la competición la Junta Directiva de Aitor Elizegi había despedido al entrenador minutos después de haber ganado en liga al Elche, llegaba uno nuevo y la pinta del equipo no invitaba al optimismo. Sin embargo, el conjunto rojiblanco protagonizó la machada de la mano del recién llegado Marcelino García Toral al banquillo. Pasado un año, el Athletic viaja a Arabia Saudí, un estado que no respeta un buen puñado de derechos humanos, como defensor del título. Lo hace con el mismo entrenador con el que conquistó la corona en La Cartuja y en un momento más estabilizado que en enero de 2021. Pese a ello, el Athletic no es favorito, incluso partía como el último de la fila en la mayoría de los pronósticos. El que ya emprende viaje de vuelta a casa es el Barça, que ayer cayó en la primera semifinal ante el Real Madrid. Precisamente, el Athletic quiere prolongar la estancia en su burbuja de oro en Riyadh y volver a cantar el alirón de la competición que más alegrías ha dado a la entidad bilbaina desde la consecución del histórico doblete de 1984. Para ello, el colectivo de Marcelino debe derrotar esta noche al Atlético de Madrid de Simeone, casi una década después de que este impidiera al Athletic conquistar su primer entorchado europeo en aquella finalísima de Bucarest.

Doce meses atrás, la Supercopa se disputó en tierras andaluzas sin presencia de público por culpa de la pandemia del covid-19. En esta ocasión, el patógeno sigue haciendo de las suyas, aunque la Federación Española de Fútbol (RFEF) ha privado, en su afán racaudatorio, a los aficionados de los cuatro clubes participantes de saborear in situ una competición que hubiera movilizado a la parroquia athleticzale, resignada de nuevo a empujar desde la distancia. El Athletic no contará con el aliento de su gente, pero, con todo, confía en repetir la hazaña. Misión harto complicada, pero no inviable. El equipo de Marcelino se ha ganado su punto de credibilidad para el torneo, no solo por lo que consiguió hace un año, sino también por las sensaciones que ha proyectado este curso en sus enfrentamientos ligueros con las otras tres escuadras presentes en Arabia Saudí. El Barça dio por bueno el punto que sacó en San Mamés, el Athletic perdonó al Atlético en el Wanda tras malograr un par de clarísimas ocasiones, el Madrid se apoyó en la inspiración de su meta Courtois para ganar a un Athletic que mereció la victoria en el Santiago Bernabéu y tres semanas después volvió a vencer en Bilbao tras aguantar el tirón final de los leones.

Son indicios para deducir que el Athletic puede dar mucha guerra como ya sucediera doce meses atrás. Le toca primero pasar el examen ante un Atlético que no está precisamente en su mejor momento, aunque podría tratarse de una lectura equivocada. El conjunto de Simeone es duro de pelar por mucho que a día de hoy no presuma de bonanza y la tropa de Marcelino lo conoce. Asume que el partido generará una exigencia máxima y, por tanto, el Athletic deberá sacar su mejor versión a 6.000 kilómetros de casa si quiere disponer de opciones para jugar la finalísima del domingo. Los dos conjuntos se conocen casi a la perfección, son dos libros abiertos. Cada uno fiel a su genética. Los dos entrenadores tampoco traicionarán sus respectivas ideas. Se tratará, sin más, de una batalla muy táctica, que se resolverá previsiblemente en los pequeños detalles, o sea en la pegada, el asunto gordo y en el que el Athletic sale peor parado si se recurre a los números de la liga. Los leones han hecho 20 goles en 21 partidos, el Atlético, 33 en 20 encuentros. También es cierto que el Athletic encaja menos que los colchoneros. Todo depende del cristal con el que se mire.

Son algunas las incertidumbres que emergen sobre el plan de Marcelino, es decir, si el técnico apostará de inicio por los jóvenes incipientes o lo hará por la vieja guardia. Nico Williams o Berenguer, Zarraga o Vesga y Sancet o Raúl García. Son las interrogantes que afloran para hacer frente a un Atlético que cuenta con las ausencias de Savic y de Griezmann, este último un látigo de los leones. Sea como fuere, el Athletic se remite a lo que sucedió doce meses atrás. La conquista de la cuarta Supercopa arranca hoy.

2022-01-14T05:41:01+01:00
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