Gorka Ortiz de Urbina se puso como tope 21 años de Celedón, los mismos que su predecesor Iñaki Landa, con el fin de no superar los 22 años que protagonizó la fiesta José Luis Isasi. Esto significa que, en principio, las de 2023 van a ser las últimas fiestas que Gorka Ortiz de Urbina va a asomar a la balconada el 4 de agosto pasadas las seis de la tarde.
Su compromiso abre el debate a la posibilidad de que los protagonistas de la bajada sean tanto hombres como mujeres, como ya ocurre en el descenso de Celedón txiki y Edurne. No obstante, es una decisión que tiene que partir de los agentes festivos, es decir, de las cuadrillas de blusas y neskas. Así lo reiteraron ayer el alcalde, Gorka Urtaran, y la concejala de Fiestas, Estibaliz Canto.
“¿Por qué no? Depende de las cuadrillas de blusas y neskas, pero no descarto nada”, señaló el alcalde al finalizar el balance las recién concluidas fiestas. “Los txikis ya lo hacen y nos dan una lección en ese sentido”, añade Urtaran.
Neskas en La Blanca
Similar postura defiende Canto, para quien “las fiestas tienen que ser tradicionales, pero no ancladas en el pasado”, sostiene, subrayando que se trata de una decisión que corresponde adoptar a los blusas y neskas.
En cualquier caso, “la mujer se ha incorporado a las fiestas este siglo XXI y eso no es reversible; con ellas tenemos unas fiestas cada vez con más color”, apunta en referencia a la variedad de trajes regionales de neska que se ven en las calles a día de hoy en comparación con hace unas décadas cuando casi todas las neskas vestían la falda azul marina de arrantzale o la negra de puntitos blancos.