Cultura

Y Tom Waits encontró su voz personal

El californiano Tom Waits, durante un concierto.

Tom Waits (Pomona, 1949) es uno de los últimos clásicos de la música popular estadounidense. Calificativos como innovador, iconoclasta y heterodoxo acompañan a su magnífica obra, más clásica y bañada en folk, blues y jazz en sus inicios beat, y después, desde los 80, radical y revolucionaria. Universal está reeditando su catálogo grabado para Island Records, con mejoras del sonido, entre ellos discos antológicos y ya clásicos como Swordfishtombones y Rain Dogs.

Hace pocos meses que se cumplió medio siglo de Closing Time, el debut de Waits, en el que nos subió a un viejo Ol’ 55 para emular a la Generación Beat de Kerouac y sus andanzas en la carretera, solo en su vehículo y cegado por las luces de los camiones. Aquel joven ogro residente en moteles que cerraba los clubs, empapado en alcohol, soledad y romanticismo entre nubes de tabaco, fue creando en los 70 un repertorio –(Looking for the) Heart of Saturday Night, Foreign Affairs, Blue Valentine...– heredero de Bob Dylan y Randy Newman que cantaba entre efluvios de jazz, folk y blues.

Ya había escrito magníficas canciones como Muriel, I Never Talk to Strangers, Martha, Diamonds on my Windshield, Tom Traubert’s Blues, Blue Valentines o Christmas Card From a Hooker in Menneapolis, pero fue en los 80, cuando el ya maduro ogro de la voz rota por el tabaco y el alcohol, con su relación con Rickie Lee Jones ya en el retrovisor, encontró su voz propia, personal y heterodoxa, alejada del folk, el jazz y el blues más ortodoxo, en el sello Island.

A partir de entonces, Waits, con la ayuda inestimable de su hoy todavía esposa, Kathleen Brennan, a quien conoció por su relación actoral y musical con Francis Ford Coppola, sumó a su pasión por el folk sonidos country, jazz, valses, cabaré, rock, música gitana, bandas sonoras, sonidos de la vanguardia europea, percusiones industriales, música de Nueva Orleans, blues en principio ortodoxo que luego derivó en cubista…

Esa fructífera etapa intermedia de su carrera se reedita ahora, convenientemente remasterizada a partir de las cintas originales de las canciones.

Disponibles en vinilo, compacto y formato digital por vez primera, incluye hasta cinco discos publicados entre 1983 y 1993. En esas canciones se advierte el salto creativo del de Pomona, que trabajó con el compositor experimental Francis Thumm y se inspiró en Harry Partch y Captain Beefheart, para grabar “el ruido de mi cabeza e inventar una desviación orquestal de desguace, un sistema mutante para llevar este sonido hacia una colección de despojos”.

Todo se inició con Swordfishtrombones (1983), donde renegó de pianos y guitarras a favor del fagot, percusiones marcianas, marimbas, gaitas e instrumentos obsoletos como el chamberlin, antecesor del mellotron, para crear un exótico, nada convencional y maravilloso collage de música folk europea, tango, cabaré, country, rumba y baladas a lo Tin Pan Alley. Como los dadaístas, partió del caos para ensamblar un puzzle exótico en el que brillan Underground, In the Neighborhood, la balada Soldier´s Things, Shore Leave…

A partir del 1 de septiembre se podrá adquirir en formato físico, al igual que su continuidad, Rain Dogs y Frank’s Wild Years. Rain Dogs asentó el viraje artístico de su autor y logró que la crítica lo elevara a las alturas. Guitarristas como Keith Richards, el magnífico Robert Quine y el ecléctico Marc Ribot, junto a una orquesta de marimbas, acordeones, banjos y trombones, convirtió en himnos underground y nada convencionales Jockey Full of Bourbon, Singapore, Clap Hands, el baladón Time, la tonada country Blind Love y quizás su mayor éxito: Downtown Train.

Y mientras recuperamos también Frank’s Wild Years, álbum que reveló el genio creativo de Waits para emocionarnos con la chatarrera Temptation, la estremecedora balada Cold Cold Ground o Way Down In The Hole, con versiones que se usaron como sintonía de la serie The Wire, habrá que esperar al 6 de octubre para disponer de las reediciones de Bone Machine y un The Black Rider que es la traslación discográfica del musical que compartió con Robert Wilson y William S. Burroughs. El primero, grabado junto a David Hidalgo, Les Claypool y Keith Richards, ganó un Grammy a mejor álbum de música alternativa.

29/08/2023