Cualquiera que choca contra él, sale rebotado y despedido algún metro hacia atrás. No es para menos. El angelito, inconfundible siempre por su cinta en la cabeza, mide poco más de dos metros, pero pesa más de 120 kilos. De hecho, su trasero es uno de los más voluminosos del baloncesto europeo. Sin embargo, Guerschon Yabusele no solo marca diferencias por su imponente físico sino también por su movilidad, agilidad en el desplazamiento lateral o su facilidad incluso para anotar en transición o desde la larga distancia.
La bestia parda francesa, que vive su primera temporada en el Real Madrid y en enero de este año renovó su compromiso hasta junio de 2025 ante el excelente rendimiento brindado en la capital, integra por méritos propios el núcleo duro de Pablo Laso. El técnico vitoriano ha encontrado un filón en este volcánico ala-pívot que, cuando entra en erupción, es ciertamente imparable. Una combinación perfecta de fuerza y explosividad que le permite marcar diferencias ante pares mucho más livianos en su puesto.
Spahija deberá replantearse la identidad del jugador que está en condiciones de atarle en corto en el primer capítulo de la serie que arranca esta noche (22.00 horas) en el WiZink Center. Peters y Costello pueden sufrir de lo lindo debido a su inferioridad física, aunque también existe el comodín de Sedekerskis. Eso sí, por todos es sabido que el canterano lituano sigue siendo ninguneado por el preparador croata y no forma parte de su rotación desde prácticamente el primer día que inició su segunda etapa en Vitoria.
El Dancing Bear (Oso bailarín), como se le empezó a apodar durante su etapa en Estados Unidos, ya ha sido decisivo esta campaña en dos de los partidos entre el Real Madrid y el Baskonia. En el Wizink Center en la Euroliga se fue hasta los 17 puntos y 8 rebotes para un total de 27 de valoración. En el partido liguero celebrado en el Buesa Arena logró 14 tantos y 4 rechaces siendo uno de los factores más desequilibrantes del juego interior blanco, sin duda alguna el más poderoso del Viejo Continente teniendo en cuenta la presencia de Walter Tavares y Vincent Poirier.
Yabusele no necesita ninguna presentación para los buenos amantes del baloncesto. Un primera ronda del draft de 2016 –fue escogido por los Celtics en primera ronda con el número 16– que pese a su privilegiado físico no encontró acomodo en la NBA –tan solo disputó 90 partidos con una media inferior a seis minutos–, vivió dos aventuras exóticas en la CBA china y al que su notable papel en el Asvel Villeurbanne de Tony Parker le permitió recalar en el Real Madrid.
El galo se ha hecho por completo con las llaves en el puesto de cuatro por delante del envejecido Anthony Randolph y del defenestrado Trey Thompkins, al que su salida nocturna en Atenas antes de un partido le ha salido muy cara.
"Desarrollé mis habilidades gracias al boxeo", ha reconocido en más de una ocasión Yabusele, cuya idea inicial cuando era niño radicó en seguir los pasos de su padre dentro del ring. "Me ha ayudado para el movimiento de mis piernas. Tengo una velocidad para mi peso y mi talla que es destacada", alega el cuatro francés, que ha promediado este curso casi 12 puntos y 5 rebotes en la Euroliga y que en la ACB también consigue unos destacados 11,5 puntos y 4,2 rebotes.
Y todo ello con un gran minutaje sobre la cancha porque la falta de un reserva de garantías –Laso recurre en ocasiones al polivalente Gabriel Deck– ha penalizado en numerosas ocasiones al Real Madrid en los partidos más comprometidos de la campaña.