Israel y la Yihad Islámica Palestina alcanzaron hoy un acuerdo de alto el fuego mediado por Egipto que pondría fin a una escalada de violencia de tres días que ha dejado al menos 43 muertos palestinos y más de 300 heridos.
El acuerdo, anunciado hoy por la Yihad Islámica Palestina (YIP) y confirmado por fuentes egipcias, entra en vigor este domingo a las 23:30 hora local (18:30 GMT) y se espera marque el final de tres sangrientas jornadas de intercambios de fuego, iniciados el viernes por una "ofensiva preventiva" israelí en Gaza.
Israel, sin embargo, aún no ha confirmado formalmente el acuerdo.
Tras múltiples intentos fallidos, las negociaciones de un cese de hostilidades parecerían haber llegado a buen puerto con la visita hoy de una delegación egipcia a la Franja, donde se ultimaron los detalles.
De esta manera, Egipto vuelve a tener un rol decisivo como interlocutor entre Israel y las milicias palestinas, al igual que en ocasiones pasada, como durante la escalada bélica de mayo del año pasado.
El Ministerio de Sanidad de Gaza ha precisado que entre las 43 víctimas mortales de estos tres días hay 15 niños y cuatro mujeres. Además, informó de que más de 300 palestinos resultaron heridos por los bombardeos israelíes.
La YIP, por su parte, identificó a al menos nueve de los fallecidos como milicianos del grupo, incluyendo a los dos principales comandantes de su brazo armado: Taysir al Yabari y Jáled Mansur.
Del lado israelí no se registraron muertes y se contabilizaron unos 40 heridos leves.
Durante los tres días de hostilidades, la Yihad Islámica lanzó más de 930 cohetes desde Gaza hacia Israel, según estimaciones del Ejército, que detalló que la gran mayoría cayeron en áreas despobladas o fueron interceptados por el sistema de defensa antiaérea Cúpula de Hierro.
Los bombardeos israelíes, por otra parte, atacaron más de 160 objetivos presuntamente pertenecientes a la YIP. Entre estos incluyeron instalaciones donde dijeron se fabricaba y almacenaba armamento, sitios desde donde se lanzaban cohetes y una red de túneles presuntamente utilizados por el grupo.
Los ataques israelíes alcanzaron también torres residenciales, viviendas y otras estructuras civiles, agravando aún más la crisis humanitaria en el bloqueado enclave.
Uno de los elementos clave de esta escalada fue la decisión del movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto en Gaza y cuenta con un poderío armamentístico muy superior al de la YIP, de no sumarse a la respuesta armada ante la ofensiva israelí del viernes.
Además, los proyectiles lanzados por la Yihad fueron en su mayoría de corto alcance, con excepción de una serie de cohetes lanzados en dirección a las ciudades de Tel Aviv y Jerusalén.
En las horas previas e incluso posteriores al anuncio de un acuerdo de alto el fuego para esta noche, los disparos desde Gaza continuaron activando las alarmas antiaéreas en las comunidades israelíes cercanas a la frontera, lo que abre un interrogante sobre si las partes respetarán o no lo acordado.
Según informó hoy Mohamad al Hindi, que encabeza al departamento político de la Yihad Islámica en Gaza, entre las condiciones del acuerdo figuran la flexibilización del bloqueo israelí sobre Gaza, la entrada de combustible para la reactivación de la central eléctrica y la liberación de un miembro del grupo encarcelado por Israel.
Este prisionero es Bassem Saadi, importante líder del grupo y cuyo arresto por parte de Israel en Cisjordania ocupada el pasado lunes marcó el comienzo de la tensión que culminó con la escalada, la más sangrienta en más de un año.
Su detención en la ciudad de Yenín generó una amenaza de represalia por parte de la YIP, que llevó a Israel a cerrar los cruces fronterizos con Gaza e interrumpir la circulación en las comunidades fronterizas, antes de comenzar el viernes su "ofensiva preventiva" ante lo que consideraba una "amenaza inminente" de ataque.