Yolanda Díaz vuelve a morderse la lengua. La vicepresidenta segunda del Gobierno español, inmersa en la creación de su espacio Sumar, no ha querido abrir más heridas ni responder este sábado a la ofensiva que le había dedicado unas horas antes el exlíder de Podemos. Pablo Iglesias, sin citarla, pareció recriminarle su posición cautelosa sobre la Ley del solo sí es sí como si fuera una deslealtad hacia la ministra Irene Montero, y llamó “miserables” y “cobardes” a quienes se ponen de perfil y no defienden expresamente a la responsable de Igualdad de las críticas recibidas por las rebajas de condenas. Díaz ha participado este sábado en un acto de su plataforma Sumar en Valencia, donde ha esquivado este debate y, solo a preguntas de una asistente, se ha limitado a insistir en su tesis: “dejar actuar al Tribunal Supremo” para que unifique doctrina. Ni una palabra para defender a Montero, pero tampoco para criticar a Iglesias, con quien la situación parece totalmente desbocada desde que Díaz decidió emprender su propio proyecto.
Díaz trata de mantenerse ajena a una polémica que amenaza con desgastar a las siglas a la izquierda del PSOE. Iglesias comenzó la ofensiva hace unos días, cuando recriminó a Díaz que no presentara Sumar en compañía de la líder de Podemos, Ione Belarra. “Compañera, te hemos hecho vicepresidenta, te hemos hecho ministra. Respétanos”, dijo, para añadir después que “lo que ha hecho en el Ministerio de Trabajo es histórico, gracias a que existió un partido que la defendió como ministra, que no fue el suyo, sino Podemos”. También la presionó para que aclare cuanto antes si va a presentarse a la elección como presidenta española en las generales de finales del año que viene.
Protesta
La controversia por la ley del solo sí es sí y la rebaja en algunas condenas por delitos sexuales ha aumentado la brecha. Díaz tampoco ha citado este sábado a la ministra de Igualdad, evitó un respaldo expreso y no dijo si la ley se debe cambiar o no. Solo mencionó que la ley es “fundamental” y, “como todo en el Derecho”, es “objeto de interpretación” de los jueces. Este debate solo salió a colación de una pregunta, y durante su discurso previo se había limitado a insistir en que Sumar no debe “distraerse ni hacer ruido” porque, quien lo hace, “no sirve para el fin de cambiar nuestras vidas”. “Vamos a la política para cambiar la vida de la gente, no vamos a la política para hacer ruido ni para jalear”, dijo, una alusión genérica que podría aplicarse al contexto actual de tensión con Iglesias. Se da la circunstancia de que, en esos momentos, la interrumpió una protesta del Frente Obrero.
Díaz recalcó que todas las personas “son imprescindibles” en Sumar, que “no sobra nadie” y que esperan a “muchísima más gente”. “Nos necesitamos todas para sumar. No le pedimos el carné a nadie, les pedimos la asignatura más difícil en la vida pública: la ternura”, defendió la vicepresidenta segunda.