Osakidetza va a impulsar unidades específicas de trastornos alimentarios en Bizkaia y Araba, una noticia que las asociaciones que luchan contra la anorexia y la bulimia llevan mucho tiempo esperando. Y es que esta pandemia silenciosa sigue creciendo y "preocupa" y mucho a las asociaciones y al propio servicio vasco de salud.
El año pasado subieron las consultas un 63% y las hospitalizaciones se incrementaron un 36% entre 2020-2021. Datos reveladores que hoy hemos querido analizar con quienes trabajan a diario con pacientes de este trastorno mental del que no es fácil salir. Hemos hablado con ACABE Gipuzkoa, Asociación contra la anorexia y la bulimia.
Para Yolanda Iglesias, coordinadora y psicóloga de ACABE Gipuzkoa, esta realidad no es nueva. "Es un dato que las asociaciones veníamos viendo desde antes de la pandemia. Llevamos tiempo con incremento de casos que se ven en edades más tempranas pero también en edades más tardías", subraya.
“ Estamos desbordadas tanto en la atención pública como en la privada. ”
Yolanda Iglesias, coordinadora y psicóloga de ACABE Gipuzkoa
De ahí que se muestre satisfecha porque se reconozcan la anorexia y la bulimia con un "trastorno como mental grave" ya que esto tendrá repercusiones en la atención que ofrece la sanidad vasca. De hecho Yolanda Iglesias ha hecho hincapié precisamente en la afección que estos trastornos tienen físicamente pero también a nivel mental con repercusiones en la vida laboral y familiar. "Esperemos que no se quede en una propuesta", apunta.
Esas unidades específicas son especialmente relevantes en los casos graves que pueden ser crónicos. "Hablamos de un 20% y hay casos graves que requieren entrar en unidades específicas con ingresos largos y en Euskadi no había. Hay familias que han tenido que llevar a sus hijas fuera de la Comunidad con el coste que supone", alerta.
Cada vez más jóvenes
Uno de los datos que más preocupan es que estos trastornos afectan cada vez a niñas de edades más tempranas. "Se ven ingresos en niñas de 9 años que habían dejado de comer", afirma Yolanda Iglesias que afirma que la edad media ha bajado de 15 a 13 años "Por eso se ha hecho más hincapié en esa infancia y juventud", señala si bien advierte de que los trastornos alimentarios se dan en cualquier fase de vida y hay casos graves en mujeres de 30 y de 40 años.
La detección no es siempre fácil porque solemos buscar un problema o un hecho que provoque una reacción de este tipo pero nos equivocamos porque, señala Yolanda, las causas son múltiples. "Presión social para tener un cuerpo idealizado, falta de educación para comer bien, la depresión y la baja autoestima", enumera. "Lo que más vemos en los jóvenes es la influencia del grupo y la presión social junto a las expectativas irreales de obsesión por la pérdida de peso", añade.
“ No hemos visto bajada de casos después de la pandemia. Cabría preguntarnos qué estamos haciendo como sociedad. 9 de cada 10 de los casos son mujeres. ”
Yolanda Iglesias
Junto a esto subraya que se ha producido un cambio de paradigma. "Es verdad que antes la imagen se asociaba a la belleza. Pero ya no es cuerpo delgado igual a cuerpo bello sino que es también un cuerpo sano", asegura y señala, "lo hemos complicado un poco más". La cuestión, explica, es que cuando una adolescente tiene dudas sobre sí misma y accede a redes con ciertos mensajes sobre el cuerpo, puede pensar que es la realidad y que si no tiene ese cuerpo no va a ser aceptada.
A esto hay que añadir un problema general en la juventud y adolescencia como es la dificultad para manejar los problemas y la baja la tolerancia a la frustración. "Pensar diferente es cada vez más difícil. Hay una tendencia a la uniformidad", alerta.
El aumento en el uso de las redes sociales que tuvimos en la pandemia ha hecho que los casos de trastornos alimentarios que ya existían se hayan agravado al paralizarse la atención psiquiátrica y un aumento de visitas a páginas de dietas sumado a una nula relación interacción personal entre los adolescentes.
“ Es verdad que la pandemia incrementó pero el aumento de trastornos continúa y siguen subiendo ”
Yolanda Iglesias
Cómo detectar la anorexia y la bulimia
El trabajo de ACABE no es sólo asesorar e informar ya que también ofrecen charlas, conferencias y talleres en colegios e institutos y son muchas las chicas que en esas citas, subraya Yolanda, cuentan que reciben muchas burlas sobre su aspecto físico. Sin embargo, su atención no se queda ahí sino que ofrecen un trabajo integral. Es decir, no sólo sirven para detectar caso sino también para dar información a los profesionales y ayudarles para que sepan cómo actuar ante este tipo de casos.
"Para detectar los casos se suele ver que esa persona no sólo cambia su relación con la comida sino que hace comentarios negativos sobre el cuerpo y la comida, se aÍsla de entornos sociales en los que hay comida, buscan comer solos y hay cambios importantes en la expresión, más tristeza", explica … De ahí que considere fundamental evitar los comentarios negativos y promulgar hábitos saludables y una imagen corporal positiva.
Las personas aquejadas de un trastorno alimenticio es autoexigente. Muchas veces ligamos la inteligencia y las buenas notas a adolescentes con esta patología pero sería simplificar. "Una autoexigencia alta, autocrítica alta y bajo nivel de frustración puede llevar a trastornos mentales. No es tanto que sean buenas estudiantes sino que son autoexigentes", puntualiza.
Pero sin duda los comentarios o la relación que establezcamos en casa con la imagen es muy importante. "Hay niñas a las que se pone a dieta desde casa, no por un criterio médico. Los cambios en la pubertad lo llevan mal. Les genera mucha angustia. Es importante desde casa y los colegios trabajar este tema. Hablamos de las diferencias corporales, la buena autoestima corporal no sólo por la alimentación", relata.
Por eso critica, por ejemplo, que se mida o se pese a los niños en los colegios delante de sus compañeros. "El pesar a chavales delante de otros chavales o trabajar formas delante de otros amigos genera una comparación y una crítica que no es buena. No encuentro sentido a que se haga en los colegios", destaca.
Un trastorno con diferentes aristas
El trastorno alimentario suele tener diferentes fases con un denominado común que es el miedo a ganar peso. "Muchos casos de anorexia acaban con trastorno bulímico que debutan más tarde a los 17 y 18 pero a nivel clínico valoramos que es un cambio de conducta, no otro trastorno", explica.
De ahí que sea necesaria una intervención multidisciplinar. "No es en base de lo que uno come sino en cómo se ve", señala y lanza un mensaje positivo. "Hay una recuperación. Abogamos por la prevención, intensificación en las intervenciones y que quienes conocen a alguien con trastorno pida ayuda porque es muy difícil salir sola. Las asociaciones las podemos ayudar", destaca
Se sale y la recuperación es posible"
Esta misma tarde ofrecen una charla en Donostia. Una buena oportunidad para conocer cómo trabajan y buscar una salida para quien esté dentro de este túnel.