Bizkaia

Yune Takasaki e Iñaki Bermúdez congregan a un gran número de amantes de la música clásica en Bidebarrieta

Yune Takasaki e Iñaki Bermúdez congregan a un gran número de amantes de la música clásica en Bidebarrieta

SOLO un piano y un saxofón. Y un repertorio exigente. Obras de cuatro autores del siglo XX: el atonal André Jolivet, el postsibeliano Lars-Erik Larsson, el serialista Edison Denísov y el prolífico Henri Sauguet. Junto a ellos, una pieza del maestro barroco Georg Philipp Telemann. Tal fue la propuesta que a punto estuvo de completar el aforo de Bidebarrieta Kulturgunea ayer por la tarde.

La fila de personas que aguardaban la hora para entrar al coqueto auditorio bajaba desde el rellano, por los dos ramales de la escalera hasta la planta baja de la biblioteca. Hubo un momento que la amable guarda de seguridad decidió ordenar la cola para que no quedara entorpecido el paso a las salas de lectura. Y no actuaba un grupo de música pop con tremenda repercusión en las redes sociales y los medios de comunicación. Nada de eso: Telemann, Denisov, Sauguet, Jolivet y Larsson. Si se hiciera una encuesta en la calle, la mayoría diría que se trata del cinco inicial del Bilbao Basket.

Interpretaron sus partituras dos jóvenes virtuosos. Muy jóvenes. La pianista japonesa Yune Takasaki y el saxofonista vizcaino Iñaki Bermúdez tienen menos de 25 años. Ambos residen en la capital francesa, donde completan su formación en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París.

El saxofonista de Sopelana comenzó tocando el piano con cuatro años; a los nueve cambió su instrumento principal por el saxofón. Terminó sus estudios de música de nivel medio en la especialidad de saxofón clásico con la máxima titulación en el Conservatorio Superior de Leioa, en el que fue alumno de Andrjez Olejniczak, reconocido saxofonista tanto clásico como de jazz. Continuó su formación en el Liceu de Barcelona, donde se graduó cum laude.

Bermúdez ha sido premiado en distintos certámenes: finalista del Concurso Internacional de Clarinete y Saxofón Clásico Vientos Tel Aviv o medalla de oro con la felicitación del jurado en el Concurso Europeo de Jóvenes Solistas de Luxemburgo. Ya ha tocado como solista con la Bilbao Orkestra Sinfonikoa (BOS) o la Orquesta Sinfónica del Estado de Armenia.

Ayer formaba dúo con Yune Takasaki. Liviana, vertical, menuda, vestida de negro. Se diría que, al recibir la ovación de salutación cuando pasaba por el pasillo central de las butacas, el aire de las palmadas podría elevarla del suelo. Se sentó ante un mueble enorme, pesado, brillante, con su dentadura de mazos y cuerdas tensas. Y lo convirtió en un ser dócil que silabeaba al dictado de sus dedos. Suele decir el maestro Joaquín Achúcarro que cada tecla de un piano pesa unos pocos gramos, pero que se mueven tantas a lo largo de un recital que terminan suponiendo toneladas. Si Achúcarro tiene razón, que seguro, Yune Nagasaki es una ninja del piano.

Entre la numerosa concurrencia se contaban el consejero de Cultura del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, así como el presidente del Euskadi Buru Batzar (EBB) del PNV, Andoni Ortuzar. Los padres de Iñaki, los periodistas Olga Sáez y Blas Bermúdez, ocuparon sus asientos junto a la pareja del músico, la también saxofonista barcelonesa Carla Obach. Asistieron músicos como el chelista Unai Sánchez o el oboísta Fermín Galdeano.

No se perdieron el recital Moohssen Boufahcen, Ismail El Machraoui, Miren Aizpuru, Garbiñe Marzana, Ramón Sarasola, María Ormaetxea, Ana Gómez, Aitor Bikandi, Enrique Llamas, José Manuel García, Isa Aranguren y Conchi Guerra.

Aplaudieron cada pieza Amaia Barrón, Adrián Marín, Jesús Gómez, Koldo Totorika, Delia Rodríguez Yufera, Begoña García Uranga, Rosa Gómez, Álvaro Marcé, Paki Santxo, Amaya Rico Artetxe, Fernando Eresta, Ainara y José Cavia, Lurdes Aretxaga, Alfonso Fernández, Malvina Cruz Rentería o Clara Martín.

23/07/2022