Zamudio regresó ayer y el sábado a los orígenes y a la esencia más pura del municipio. Después de dos años de suspensión por la pandemia este fin de semana pudo celebrarse la tradicional feria agrícola y ganadera. Un evento que festejó su XXXV edición y que volvió a registrar una masiva afluencia de público en el recinto de Kotxozulo, espacio que se llenó hasta los topes de personas de toda Bizkaia que quisieron aprovechar el buen tiempo para llenar la despensa con productos de kilómetro cero.
Sin duda, un gran escaparate para productores y artesanos que ofrecieron las mejores viandas del agro vasco –queso, hortalizas, frutas, txakoli, pan– en un centenar de puestos en la que tampoco faltaron los mejores dulces y chocolates, así como diversos productos de artesanía. Una variada exposición de exquisitos productos que estuvo complementada con otras actividades en el recinto ferial como, por ejemplo, la XVIII edición del campeonato de ganado Limusín de Bizkaia, en el que participaron 57 animales de seis ganaderos; catas de cerveza artesana, de queso Idiazabal y txakoli; degustación de paella de carne de cerdo o un showcooking contra el desperdicio alimentario que tanto daño hace a la economía casera y al medio ambiente.
Precisamente, como parte del compromiso del Ayuntamiento de Zamudio de trabajar en contra del desperdicio alimentario, y como parte del proyecto europeo Foodrus en el que el municipio está participando, un stand ofreció consejos y trucos para prevenir el desperdicio de alimentos en los hogares. Una de las personas responsables de poner en práctica esta iniciativa fue María Jesús Álvarez, profesora del taller de cocina de Zamudio. “Por un lado hemos enseñado a hacer un kebab, como el que se puede comer en cualquier lado, pero con comida que ha sobrado de la nevera, bien con carne de ternera o pollo, haciendo también una salsa de yogur”, comentó. Después aprovechó unos garbanzos sobrantes “para hacer hummus”. A este respecto, María Jesús se mostró muy satisfecha de la implicación de sus alumnos en las clases y reconoció que el público masculino “gana por goleada”.
Por su parte, Ana Bilbao, técnica de Behargintza, afirmó que no hay mejor espacio que esta feria para “llevar a cabo acciones sociales que den visibilidad a este proyecto” que busca evitar el desperdicio alimentario. Además, los asistentes pudieron llevarse una guía del Basque Culinary Center, con consejos prácticos para una alimentación saludable y sostenible y también se cocinaron en directo dos ejemplos de recetas de aprovechamiento.
Por otro lado, para aquellos que prefirieron degustar un plato más tradicional como es la paella, la empresa Paellas de Bilbao se encargó de cocinar dos gigantescas recetas destinadas a dar de comer “a mil personas”, según apuntaron. Para ello emplearon nada más y nada menos que un total “de 80 kilos de arroz” y una legión de cocineros.
Artesanía
La artesanía también tuvo un espacio muy destacado en el recinto ferial. Así, entre los especialistas en esta materia se encontraba Félix Larrañaga, llegado desde Berriz. Félix conoce a la perfección los secretos de la madera, no en vano, lleva más de tres décadas trabajándola. “Me dedico a todo tipo de encargos y productos. Ahora, por ejemplo, estoy tallando un escudo que me han pedido”, explicó. Otro de esos puestos llamativos fue el de Las Madericas de Esther y Chesús, quienes viajaron desde Zaragoza para estar en la feria de Zamudio para ofrecer sus productos únicos (pulgaretas, tejoletas, cucharas...). “Cada uno de ellos es diferente, no hay dos iguales. Cuando veas un montón de cucharas todas idénticas... ya sabes que no están hechas a mano”, desveló Chesús Navarro.
Además de los mejores productos del agro vasco con productos frescos como verduras, hortalizas y frutas (tomates, lechugas, calabazas, pimientos, manzanas y otros manjares de la huerta), y elaborados como queso, txakoli, miel y pastel vasco, entre otros, los amantes del dulce encontraron su espacio ideal en la VIII edición de la feria de chocolate, dulce y artesanía. El público pudo saborear, por ejemplo, las originales combinaciones de Monper chocolate con tabletas de sabores como chocolate curry con kikos, de mojito, leche merengada, cheesecake, anchoa, etc.
En definitiva, el público respaldó a los baserritarras y artesanos en el regreso de este gran evento tras dos años de ausencia en el que no faltaron productos para todos los gustos ni siquiera para los paladares más exquisitos y que espera volver el año que viene con la misma fuerza que en estas bodas de plata.
Productos
Chocolate. De lo más original de la feria fue el poder probar sabores aparentemente contrarios como el chocolate con anchoa o el chocolate de curry con kikos.
Huerta. Aunque el clima hace temblar a la huerta más experimentada, no faltaron los puestos de verduras y hortalizas como la calabaza, los tomates y lechugas, acelgas y manzanas.
Artesanía
Las Madericas “No hay dos iguales”
La clave de la artesanía se resumen en que “cada producto es diferente, no hay dos iguales. Cuando veas un montón de cucharas todas idénticas... ya sabes que no están hechas a mano”.